Sus últimos años fueron marcados por la oposición creciente, que terminó por derrotarlo y darle muerte.
Magnus fue designado entonces como el rey de la facción ese mismo año, en oposición a Haakon II, en 1161, con tan solo cinco años.
Estos fueron combatidos con dureza, pero en 1177 se unió a ellos Sverre Sigurdsson, un nuevo pretendiente al trono llegado de las Islas Feroe.
Magnus continuó la guerra contra Sverre, cada vez con mayores infortunios, pese al importante apoyo de la Iglesia noruega y del papa.
Erling Skakke, que había matado al rey Haakon en venganza por la muerte del anterior rey Inge, aseguró el trono para su hijo Magnus que, aunque no era descendiente de una dinastía real por parte paterna, era nieto de Sigurd el Cruzado.