Fue construida entre 1066 y 1093 por órdenes del rey Olaf III.
Tenía un fuerte simbolismo religioso, por contener desde 1170 los restos de Santa Sunniva, un personaje determinante en la cristianización del país.
La sede del obispado fue trasladada a la iglesia del antiguo convento franciscano de Bergen, actualmente la Catedral de Bergen.
En lo que fue el altar mayor se colocó un monumento en memoria de Santa Sunniva.
Entre los personajes conocidos sepultados en la antigua catedral se encuentran: