Plan Marshall

En los últimos años, muchos historiadores han cuestionado tanto las motivaciones subyacentes como la eficacia del Plan.

La estructura económica del continente había quedado en nada y millones de personas se encontraban en la indigencia.

Los Estados Unidos, pese a un resurgimiento del aislacionismo, habían procurado ayudar al crecimiento europeo, sobre todo mediante la colaboración de los grandes bancos estadounidenses.

[28]​ Por otra parte, la única gran potencia que no había visto perjudicadas sus infraestructuras fueron los Estados Unidos.

El Plan Marshall se usaría en gran parte, pues, para adquirir materias primas y bienes manufacturados de los Estados Unidos.

En cambio lo que sí preocupaba a los estadounidenses, era la influencia de algunos partidos comunistas con arraigo y base social local.

Tanto en Francia como en Italia, la pobreza de la posguerra daba alas a estos partidos, que ya habían desempeñado papeles cruciales en la resistencia durante la guerra.

Aun así, incluso antes del Plan Marshall los Estados Unidos ya habían empezado a enviar ayuda para la recuperación europea.

Además, el general Lucius D. Clay había pedido al empresario Lewis H. Brown que redactara un informe sobre la Alemania de posguerra, titulado A report on Germany (1947), y que detallaba los problemas básicos del país y hacía algunas recomendaciones sobre la reconstrucción.

Un plan similar fue obra del burócrata francés Jean Monnet, que proponía poner las regiones mineras del Ruhr y el Sarre bajo control francés y utilizar los recursos para que Francia llegara a un 150 % de los niveles de producción anteriores al conflicto.

Eso no puede hacerse salvo que se exterminen o trasladen 25 000 000 de personas fuera del país».

Al final, se acordó que el secretario de estado, George Marshall, debería resolver todas las dudas haciendo una comparecencia pública.

Ofrecía ayuda, pero los países europeos deberían ser los encargados de organizar el programa por sí mismos.

El discurso había incluido explícitamente a la URSS, porque los estadounidenses pensaban que excluirla habría sido un signo demasiado claro de desconfianza.

La doctrina leninista decía que, cuando las economías capitalistas empezaran a derrumbarse, intentarían desesperadas comerciar con los adversarios comunistas.

Había un comisario de la ACE en cada capital europea, generalmente un prominente empresario estadounidense, que aconsejaría al gobierno en el proceso.

En un primer momento los europeos adquirieron productos de primera necesidad, como víveres y combustible, pero lentamente empezaron también a importar bienes necesarios para la reconstrucción, que era la finalidad principal del Plan.

[nota 3]​ El 40 % sobrante se utilizó para saldar la deuda, estabilizar la moneda o invertir en proyectos no industriales.

Además, el reparto según la renta per cápita era una manera indirecta de ayudar a los Aliados, dejando menos para los países del Eje o los neutrales.

Existe un importante debate entre los historiadores sobre hasta qué punto puede atribuirse dicho crecimiento al Plan Marshall.

Por otra parte, hay quien piensa que los efectos políticos del Plan Marshall podrían ser casi tan importantes como los económicos.

Las relaciones comerciales entre las dos costas atlánticas favorecieron la creación de la OTAN, que incluso sobreviviría durante la Guerra Fría.

A los productores estadounidenses se les pagaba en dólares provenientes del Plan Marshall y las mercancías importadas, claro está, no eran gratuitas, sino que los europeos debían pagar por ellas, ya fuera al contado o a crédito, con la moneda local.

Muchas partes del mundo que también fueron devastadas por la Segunda Guerra Mundial no se beneficiaron de Plan Marshall.

Todas estas reparaciones igualaban, en la práctica, a las sumas procedentes del Plan Marshall que recibió Europa occidental.

Yugoslavia, en cambio, sí recibió ayuda de los Estados Unidos, pero no se considera enmarcada dentro del Plan Marshall.

Sin embargo, dependía mucho más fuertemente que los Estados Unidos del comercio con Europa, y tras la guerra se empezaron a notar las consecuencias.

Esto dañaría al sector agrario argentino, y ayudaría a precipitar el deterioro de la economía del país.

También hacía una crítica general a la ayuda extranjera, considerando que servía para crear enemigos ideológicos en lugar de socios económicos, por interferir con el libre mercado.

Desde los años 1990, los economistas se han ido volviendo cada vez más hostiles a la idea de la ayuda externa.

El cartel anuncia la financiación, a través del Plan Marshall, de parte de las obras de reconstrucción de Alemania Occidental .
El secretario de estado estadounidense George Marshall .
Primera página del Plan Marshall.
Países de Europa que recibieron ayudas del Plan Marshall. Las columnas rojas indican la cantidad de dinero recibido.
Cartel creado para promover el Plan Marshall en Europa. En el cartel puede leerse Cualquiera que sea el clima sólo alcanzamos la prosperidad juntos.
Sello utilizado en los paquetes de la ayuda entregada a través del Plan Marshall.