Posteriormente una Conferencia Intergubernamental sobre el Mercado Común y Euratom se centró en la unidad económica, y dio lugar a los Tratados de Roma, firmados en 1957, que establecieron la Comunidad Económica Europea (CEE) y la Comunidad Europea de la Energía Atómica (Euratom) cuya misión sería integrar a los sectores de la energía nuclear, mientras que la CEE desarrollaría una unión aduanera entre los miembros.
Sin embargo, debido al éxito de la CEE, el Reino Unido solicitó su ingreso a la Comunidad en 1961.
Sin embargo, la ratificación alcanzó un obstáculo importante cuando los votantes de Francia y Países Bajos rechazaron el documento.
El Imperio romano expande la civilización greco-romana a lugares como Britania o la península ibérica.
Tras la caída del Imperio romano, tribus germánicas se hacen con el poder en varios de sus territorios.
Sin embargo, un derecho romano vulgarizado, añadido por unas condiciones culturales, sanitarias y educativas mediocres en comparación con las romanas, llevaron al continente a una etapa "oscura", donde otras civilizaciones como la islámica cobrarán fuerza en regiones cercanas e intentarán expandirse por el continente, haciéndose con el poder en la península ibérica y sureste de Europa.
En un primer momento estos viajes estuvieron dirigidos a buscar rutas marítimas para el comercio con Asia.
En España se fundará, por parte de los Reyes Católicos, la Inquisición para así evitar la extinción del catolicismo en la península.
El nexo de unión ya no era la fe cristiana, y se tenía que buscar la unidad en otros puntos.
Las colonias británicas en América se independizan y crean lo que en el futuro será la primera potencia mundial, Estados Unidos.
Esa forma de estado contemporáneo, liberal y constitucional, es la que llega hasta nuestros días.
Con ese proceso, se desmorona el Imperio austrohúngaro y el Imperio otomano lo que lleva a Europa Central y Oriental a un momento de crisis étnica no resuelto hasta nuestros días.
Estas ideas tomaron mayor impulso en Europa Occidental tras la Primera Guerra Mundial, con la pérdida masiva de vida que conllevó, pero no fue hasta después de la Segunda Guerra Mundial que se dieron pasos reales.
Así un ejemplo sería, el Tratado de Locarno, firmado por Bélgica, Gran Bretaña, Italia y Alemania en 1925 para fijar las fronteras occidentales alemanas.
Ello es debido al radical desplome que supone la Gran depresión y el comienzo de la Segunda Guerra Mundial.
[8] Ante esta situación, numerosas tendencias políticas pretendían reconstruir Europa como una nueva nación unificada, para evitar volver a un enfrentamiento entre los estados europeos.
Impulsado por el peso de Richard Coudenhove-Kalergi, fracasó debido a la rivalidad entre Alemania y Francia.
Buscaba superar la rivalidad franco-alemana mediante la creación de un eje entre ambos países, que permitiera articular una federación de naciones europeas para previr un nuevo conflicto mediante la cooperación política y social, así como el crecimiento económico.
[13] En 1946, Winston Churchill dio un discurso en la Universidad de Zúrich, considerado por varios autores como el primer paso hacia la integración durante la posguerra.
[14] Además, las consecuencias del conflicto favorecieron el deseo entre los ciudadanos de crear un continente más libre y justo en el que las relaciones entre países se desarrollaran de forma pacífica para evitar por todos los medios un nuevo enfrentamiento entre los estados europeos.
Los socialistas, el único partido importante de apoyo al ejecutivo, retiró su apoyo Santer y, con el Parlamento listo para echarlos, toda la Comisión Santer dimitió la misma noche de la publicación del informe.
[36] Sin embargo, la ratificación alcanzó un obstáculo importante cuando los votantes de Francia y los Países Bajos rechazaron el documento.
[37][38] Esta ratificación en gran medida se detuvo, con solo unos pocos estados tratando de aprobarlo aún.
[39] Esto no cambió las cosas, sin embargo, y los dirigentes anunciaron que entraban en un "período de reflexión" sobre el rechazo.
[55] En cambio, el resultado de un referéndum en Francia y otro referéndum en los Países Bajos fue de oposición al tratado, lo cual hizo que el documento no llegase a entrar en vigor y provocó una crisis institucional europea.
[60] Por ejemplo, durante la presidencia francesa del Consejo de la UE en 2022, el propio Macron utilizó como eslogan las palabras «relanzamiento, poder, pertenencia».
[73] Sin embargo, numerosos especialistas —como Luuk van Middelaar o Wolfgang Münchau— consideran agotado este relato testimonial y, en consecuencia, no existe consenso sobre la idea del proyecto europeo ni su utilidad.
[76][73] Al comenzar el proceso de construcción europea, ante la dificultad de generar simpatía en una bandera europea, una historia compartida u otros símbolos, los padres fundadores y sus sucesores optaron por implantar un proyecto asentado más en lo práctico que en lo afectivo.
Todo esto viene acompañado del regreso de una historiografía europea más centrada en el conflicto y menos en una historia que da prioridad a la diversidad como valor principal en Europa.
[88] En 1987, Turquía solicitó formalmente unirse a la Comunidad, dando inicio al proceso más largo para cualquier país.