La integración europea se considera la más exitosa al haber conseguido en la práctica los objetivos que en la teoría se planteaban, aún habiendo grandes obstáculos como la barrera lingüística entre los Estados europeos.
[1] En la antigüedad, el Imperio romano trajo consigo la integración de múltiples territorios europeos y mediterráneos.
[2] El Primer Congreso Paneuropeo tuvo lugar en Viena en 1926, y la asociación contaba con 8000 miembros en el momento del desplome de Wall Street.
[4] Al año siguiente, el futuro primer ministro francés Édouard Herriot publicó su libro Los Estados Unidos de Europa.
[5] El filósofo y político español, Ortega y Gasset, expresó una posición compartida por muchos dentro de la España republicana: "La unidad europea no es una fantasía, sino la realidad misma; y la fantasía es precisamente lo contrario: la creencia de que Francia, Alemania, Italia o España son realidades sustantivas e independientes".
[7] Entre las dos guerras mundiales, el estadista polaco Józef Piłsudski concibió la idea de una federación europea que llamó Międzymorze ("Intersea" o "Between-seas"), conocida en inglés como Intermarum , que era una versión polaca de Mitteleuropa.
[9] Sin embargo, el mismo discurso contiene comentarios, citados con menos frecuencia, que dejan en claro que Churchill inicialmente no vio a Gran Bretaña como parte de estos Estados Unidos de Europa: La cuestión de cómo evitar las guerras entre los Estados-nación fue esencial para las primeras teorías.
[11] El importante debate entre neofuncionalismo e intergubernamentalismo liberal sigue siendo fundamental para comprender el desarrollo y los reveses de la integración europea.
A medida que el mundo empírico ha cambiado, también lo han hecho las teorías y, por tanto, la comprensión de la integración europea.
Hoy en día hay un enfoque relativamente nuevo en la compleja formulación de políticas en la UE y la gobernanza multinivel (MLG) que intenta producir una teoría del funcionamiento y desarrollo de la UE.
[17] Se la describe como una unión supranacional de facto por diversas entidades y medios.
[16] Como resultado, la Comunidad Económica Europea (CEE/CE) fue creada en 1958 con el objetivo manifiesto de aumentar la cooperación económica entre sus seis países fundadores: Alemania, Bélgica, Francia, Italia, Luxemburgo y Países Bajos.
[16] Para alcanzar sus objetivos comunes, los Estados de la Unión le atribuyen a esta determinadas competencias, ejerciendo una soberanía en común o compartida que se despliega a través de los cauces comunitarios.
[20] La Unión ha desarrollado un sistema jurídico y político, el comunitario europeo, que se rige por procedimientos de funcionamiento interno que conforman un sistema híbrido de gobierno transnacional que combina elementos próximos a la cooperación multilateral, si bien fuertemente estructurada e institucionalizada, con otros de vocación netamente supranacional.
[24] La refundación de la Unión Europea es el proyecto que busca la reforma institucional y constitucional para adaptar a dicha organización a los futuros cambios globales y avanzar en la integración europea.
[28] Por ejemplo, durante la presidencia francesa del Consejo de la UE en 2022, el propio Macron utilizó como eslogan las palabras «relanzamiento, poder, pertenencia».
[31] Sin embargo, varios líderes europeos aspiran a dotar a la UE de las capacidades militares que consideran necesarias para garantizar su defensa en pos de conseguir la autonomía estratégica.
[49] Su pluralidad, sin embargo, no ha sido óbice para la emergencia cada vez más notoria de la Unión Europea como foro político y jurídico más relevante del proceso de integración europea.
La Asociación Europea de Libre Comercio (AELC), también conocida por sus siglas en inglés EFTA (European Free Trade Association), es un bloque comercial (ALC) formado por Islandia, Liechtenstein, Noruega y Suiza.
Su objetivo consiste en lograr la expansión económica y la estabilidad financiera de todos sus miembros.
Permanecen dos países alpinos: Liechtenstein y Suiza, los cuales son territorios tradicionalmente considerados de baja tributación; y dos países nórdicos, Noruega e Islandia, aunque este último inició los trámites para adherirse a la UE, sin embargo en marzo de 2015 retiró su candidatura y presumiblemente se mantenga como miembro de esta organización.
Tras la desaparición del bloque soviético, la CSCE se vio obligada a repensar su identidad institucional, y con la Carta de París para una Nueva Europa, sus intereses se juntaron con los de los muchos Estados preocupados por los desafíos en materia de seguridad que el escenario posterior a la Guerra Fría había engendrado.