Augusto Leguía

A este último período, que suma diez años y diez meses consecutivos, resultado de tres sucesivas reelecciones, se le conoce como el Oncenio de Leguía.En su juventud siguió estudios mercantiles en Chile y participó en la defensa de Lima, durante la guerra del Pacífico.Tras finalizar su mandato, sufrió el acoso del nuevo gobierno de Guillermo Billinghurst y partió al exilio.En tal sentido, realizó importantes y numerosas obras públicas, tanto en Lima como en provincias.Durante su largo mandato, Lima fue modernizada mediante la ejecución de obras públicas, financiadas mediante empréstitos y cuyo fin inmediato fue festejar apoteósicamente el Centenario de la Independencia Nacional en 1921.Allí enfermó gravemente y tuvo que ser trasladado al Hospital Naval del Callao, donde falleció en 1932.Fue admitido en el Partido Civil, jugando un importante papel en la elección de Manuel Candamo como presidente en 1903, el primer civilista que ganaba las elecciones, después del recordado Manuel Pardo y Lavalle, fundador de dicho partido en 1871.Su larga gestión como ministro de Hacienda fue exitosa e hizo, entre otras, las siguientes obras:[4]​ Pero lo que dio más realce a su personalidad fueron sus intervenciones en el Parlamento, donde defendió sus proyectos en innumerables discursos, cargados de verbosidad y erudición jurídica y técnica.[4]​ Leguía fue el candidato oficialista en las elecciones de 1908, es decir, en representación del Partido Civil.El diario opositor La Prensa fue asaltado por turbas gobiernistas y su director, Alberto Ulloa Cisneros fue apresado.Si bien en este parlamento predominaban los civilistas y leguiístas, estos accedieron a satisfacer el pedido popular.Billinghurst, anticivilista acérrimo, fue así elegido presidente y sucedió a Leguía.Gobernaba entonces el civilista José Pardo y Barreda en segundo mandato, quien próximo a terminar su periodo, convocó a elecciones presidenciales, siendo una vez más Ántero Aspíllaga el candidato gobiernista.[31]​ Leguía se presentó así como abanderado de los anhelos juveniles por cambiar las estructuras del país.La Prensa, donde se había parapetado la oposición, fue confiscada, acabando prácticamente la libertad de expresión.Un gigantesco programa de obras públicas fue financiado con empréstitos obtenidos del exterior.En el aspecto político surgieron los primeros partidos modernos que aglutinaron a los sectores medios y populares de tendencias reformistas o revolucionarias: el Partido Aprista, fundado por Víctor Raúl Haya de la Torre y el Partido Socialista Peruano, fundado por José Carlos Mariátegui.La literatura peruana brilló con figuras como Ventura García Calderón, Enrique López Albújar, César Vallejo, José Carlos Mariátegui, Alcides Spelucin, Carlos Oquendo de Amat, Alberto Hidalgo, Alberto Guillén, entre otros.La crisis mundial de 1929, tuvo efectos gravísimos en la economía nacional del Perú.La evidente corrupción administrativa, por la que allegados o amigos del presidente se beneficiaron a lo largo del régimen, así como la firma de los tratados con Colombia y Chile con cesión territorial, acentuaron más la oposición al gobierno.Se rumorearon acciones subversivas e intentos de asesinato del presidente.[65]​ Vivió 14 meses encerrado en una celda precaria de nueve metros cuadrados, cuya única ventana fue tapiada.Durante su tiempo bajo arresto, ninguno de los que consideró como sus aliados y amigos lo visitó o se preocupó por él.Solo cuando se le agravó su mal prostático y contrajo una bronconeumonía fue trasladado al Hospital Naval de Bellavista, en el Callao.Años más tarde, sus restos fueron trasladados al Cementerio Presbítero Maestro, acompañado de una silenciosa multitud.Leguía se casó en 1890 con Julia Swayne y Mariátegui, nieta del prócer Francisco Javier Mariátegui, con la que tuvo seis hijos: Augusto, José, Juan, Lola Virginia, Carmen Rosa y María Isabel.
Augusto B. Leguía en 1908.
Escena de la intentona golpista de los Piérola contra el presidente Leguía, el 29 de mayo de 1909.
Mapa del Perú sobre límites con Ecuador (1920)
Leguía en el Patio Sevillano en el interior del Palacio
El presidente Leguía, a caballo, en el día de la Jura de la Bandera de 1908.
Augusto B. Leguía saliendo de un discurso dado en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos , 1920.
Leguía en las celebraciones de los cien años de la independencia del Perú
Rollin Thorne Sologuren y Augusto B. Leguía.
El Oncenio de Augusto B. Leguía supuso un programa de modernización material y un proceso de movilización social que beneficiaron a las clases medias peruanas.
Augusto B. Leguía firmando la Constitución de 1920
Construcción de la plaza San Martín (Lima)
Arco Morisco en el Parque de la Amistad, en el inicio de la avenida Leguía (hoy avenida Arequipa), obsequio de la colonia española.
Saqueo de la casa del presidente Leguía
Ceremonia funeraria de Augusto B. Leguía
Tumba de Augusto B. Leguía en el Cementerio Presbítero Maestro