Sucediendo a Juan XXIII, decidió continuar con el Concilio Vaticano II, gran obra del pontífice anterior.
Durante su pontificado se llevaron a cabo muchos cambios en el mundo, revueltas estudiantiles, la guerra de Vietnam y otros trastornos mundiales.
[22] Más tarde, ya papa, intentaría volver a Polonia en una peregrinación mariana, pero no le fue permitido por el gobierno comunista, una petición que luego no se le pudo negar al papa Juan Pablo II, que era de origen polaco.
La elección de Pacelli como papa en 1939, era prevista por todos y abiertamente promovida por el fallecido Pío XI en sus últimos años.
[31] El papa Pío XII presentó al nuevo arzobispo Giovanni Battista Montini «como su regalo personal a Milán».
Este por su parte empezó a desempeñar su nueva tarea como arzobispo, reuniéndose con todos los grupos de fieles en Milán.
[36] Montini no recibió el capelo cardenalicio durante los últimos cuatro años del pontificado de Pío XII, lo que ocasionó varios comentarios.
La segunda reunión en 1957 dio Montini una oportunidad para expresar el apostolado de los laicos en términos modernos: Aunque era visto como «papable» para suceder a Pío XII, y aunque parece haber recibido algunos votos en el cónclave de 1958,[45] Montini no era miembro del Colegio cardenalicio y por lo tanto no era un candidato serio en ese cónclave.
[48] Como cardenal, Montini participaba en el gobierno de toda la Iglesia, lo que se tradujo en viajes a África (1962), donde visitó Ghana, Sudán, Kenia, Congo, Rodesia, Sudáfrica y Nigeria.
Después de su viaje, tuvo una audiencia privada con Juan XXIII, que se prolongó durante varias horas.
Fue el último papa hasta la fecha en ser coronado; su sucesor Juan Pablo I sustituirá la coronación pontificia (que Pablo VI ya había modificado sustancialmente, pero que dejó como obligatoria en 1975 en su Constitución Apostólica Romano Pontifici Eligendo), con una inauguración papal.
Pablo VI afirmó a los padres reunidos que tenía la intención de visitar Tierra Santa, donde ningún otro papa había estado desde san Pedro.
Durante el Concilio Vaticano II, los padres conciliares evitaban realizar declaraciones que pudieran herir a cristianos de otras confesiones.
[58] Los estadounidenses presionaron para lograr una pronta resolución sobre la libertad religiosa, pero Pablo VI insistió en que esto sería aprobado junto con otros textos relacionados, tales como el ecumenismo.
[60] Pablo VI conocía bien la Curia, ya que había trabajado en ella durante más de treinta años (desde 1922 hasta 1954).
[61] Pablo VI revolucionó las elecciones papales, ordenando que solo los cardenales de edad inferior a 80 años podrían participar en futuros cónclaves.
En 1951 y 1955, las liturgias de Semana Santa fueron sometidas a revisión, sobre todo incluyendo la reintroducción del Triduo Pascual.
[67] En este sentido, fue abolido el Índice de libros prohibidos, cuya última edición fue publicada en 1948 bajo Pío XII.
Desde esa fecha, el título de prefecto es ejercido por un cardenal u obispo a la cabeza del departamento.
[70] El Concilio Vaticano II introdujo un cambio de actitud en la relación entre la Iglesia católica y los artistas contemporáneos.
La constitución pastoral Gaudium et spes afirma que la Iglesia católica no está ligada a ninguna forma de gobierno.
La Iglesia, según Pablo VI, no tiene motivos para abandonar el depósito de la fe en un asunto tan vital.
El celibato sacerdotal se considera una disciplina en lugar de un dogma, y algunos esperaban que esta podría ser relajada.
En respuesta a estas preguntas, el papa reafirma la disciplina como una práctica de especial importancia en la Iglesia Católica.
La encíclica Sacerdotalis caelibatus confirma la tradicional enseñanza de la Iglesia, que el celibato es un estado ideal y sigue siendo obligatorio para los sacerdotes católicos.
Repite sus demandas expresadas en Bombay en 1964 para una gran escala sobre una Organización Mundial para el Desarrollo, como una cuestión de justicia y paz internacionales.
Desde esta dignidad básica, define su posición: Pablo VI celebró seis consistorios entre 1965 y 1977, en los cuales se crearon 143 cardenales.
Al día siguiente, domingo, en la Fiesta de la Transfiguración, se encontraba cansado, pero quería rezar el Ángelus.
Preocupado con el mundo moderno en su conjunto, Pablo VI hizo renunciar a muchos de los símbolos tradicionales del papado.
Aunque muchos países y obispos apoyaron al Pontífice, una parte pequeña pero importante de ellos, especialmente en los Países Bajos, Canadá y Alemania, se encontraban abiertamente en desacuerdo con el papa, lo que le hirió profundamente durante el resto de su vida.