Papa emérito o sumo pontífice emérito,[1] también denominado obispo emérito de Roma, es el título que designa a aquel sumo pontífice de la Iglesia católica que, por libre y espontánea voluntad, decide renunciar al ministerio papal.
[1] El término emérito hace referencia a todo aquel que se ha retirado de un empleo o cargo y continúa ejerciendo o disfruta algún premio o compensación como reconocimiento por sus méritos; en este caso, un papa que renuncia.
En la historia moderna de la institución solo existe un caso en el cual un papa renunciara a su cargo (Benedicto XVI, en el siglo XXI); los anteriores precedentes debidamente documentados se encuentran en la Edad Media con la dimisión de cinco pontífices: De estos seis pontífices, podemos resumir que dos de ellos renunciaron para destruir cismas dentro de la institución (Ponciano y Gregorio XII); y uno más, Juan XVIII, era una «marioneta política»; por lo que San Clemente I, Celestino V y Benedicto XVI son los únicos pontífices que han renunciado por propia voluntad y en total libertad.
El 26 de febrero de 2013, el cardenal Francesco Coccopalmerio, presidente del Pontificio Consejo para los Textos Legislativos, aclaró los detalles del nuevo nombramiento aunque no en qué texto jurídico será estipulado o la forma en que será promulgado.
[1] Tras el anuncio de la renuncia de Benedicto XVI, durante dos semanas se debatió intensamente tanto en la prensa como por los juristas vaticanos sobre el estatus del papa tras su renuncia: