El territorio Michoacano estuvo habitado por los purépechas, que se desarrollaron como una cultura dominante e impusieron su hegemonía económica, religiosa, militar y cultural a las demás etnias que también habitaban la región, como los nahuas, otomíes, matlatzincas o pirindas y tecos.
En la región, se hablaba además del idioma tarasco o purépecha, las lenguas coacomeca, xilotlazinca, colimote, pirinda, mazahua, sayulteco, náhuatl y teca.
[4] En general, sus dioses se clasificaban en cinco grupos: celestiales, cardinales, infernales, primogénitos y locales.
[8] Durante su tercera campaña, contra los pueblos nahuas del sur, falleció el cazonci.
[11][12][2] Le sucedió su hijo Zuangua, quien impulsó la agricultura, las artesanías, la religión y las conquistas.
[22] Durante todo el siglo xvi la población de México se vio reducida.
[24] A finales del siglo XVIII, la influencia de las corrientes filosóficas europeas se dejó sentir en Michoacán.
En los colegios jesuitas se estudiaba la ciencia y la filosofía moderna: las ideas de Descartes, Bacon, Copérnico, Newton, Galileo, Kepler, Torricelli, y otros eran vistas con simpatía, hasta que Carlos III ordenó la expulsión de los jesuitas en 1767.
[25] Nicolás Rangel, por tal motivo, lo reconoce como un predecesor ideológico de la Independencia mexicana.
[30] En el Bajío y en la región oriente hubo mucha mortandad, situación que no se reflejó en la Meseta Purépecha.
Guerra, entre otros militantes como Pedro Rosales, Nicolás Michelena, José A. Saldaña, José María Izazaga, Manuel Ruiz de Chávez, Vicente Santa María, etc.[36] En general, sus objetivos se resumían en conformar una junta, salvaguardada por un ejército, que tomaría el control gubernamental de la Nueva España.
[39] No obstante, a comienzos de 1812 la ciudad fue atacada por el ejército realista comandado por Félix Calleja, quien les propició la huida.
[45] Sin embargo, la revolución liberal de España en 1820 daría un nuevo impulso a la lucha independentista.
[48] En 1827 el gobernador Antonio de Castro renunció por inconformidad al decreto del Congreso del estado de expulsar a los españoles, por lo que tomó el cargo José Salgado, quien fue destituido en 1828 por el Congreso para evitar que se pusiera del lado de Vicente Guerrero, contendiente a las elecciones presidenciales junto con Manuel Gómez Pedraza; este último, al ganar las elecciones desencadenó protestas y un cuartelazo comandado por Santa Anna.
[49] Es así que en 1829 Vicente Guerrero asciende a la presidencia y reasume su cargo José Salgado, no obstante, una rebelión dispuso al general Anastacio Bustamante en el poder.
[50] Cuando Benito Juárez tomó el poder, el gobierno de Michoacán residía en Santos Degollado, quien lo reconoció como presidente legítimo y aportó lo necesario para la lucha que se gestaba.
[51] El último año, en Veracruz, Juárez emitió las Leyes de Reforma que separaron la Iglesia del Estado.
[54] La ocupación de Michoacán se llevó a cabo por la brigada del general Berthier y la división mexicana de Leonardo Márquez,[54] mediante la toma de Morelia en 1863 y otras tomas menores, si bien, hubo ciudades donde no hubo resistencia a la invasión, como Zamora con el comandante militar Francisco Verlade, o La Piedad.
[55] No obstante, a partir de 1866 el Segundo Imperio mexicano empezó a perder terreno; para enero del siguiente año solo unas cuantas poblaciones quedaron en manos del Imperio, siendo Zamora la última en caer, el 5 de febrero.
[57] A estos gobernadores se les debe la implementación de las líneas telegráficas en la entidad.
[67] En ese año empezaría una revuelta armada, conocida como Guerra Cristera, especialmente en las regiones del Bajío Zamorano, la Meseta Purépecha, Tierra Caliente y la Sierra Madre del Sur, que duraría tres años.