Historia del Estado de Guerrero

Una vez que Tenochtitlán fue destruida y los mexicas sometidos, el Océano Pacífico atrajo la atención de los conquistadores, esencialmente por motivos económicos.

En la segunda mitad del siglo XVII el gobierno español transformó la organización política sustituyendo las audiencias por intendencias y las alcaldías por partidos.

Morelos entró a tierras surianas siguiendo la ruta de la Costa Grande.

Después de varios intentos fallidos para tomar el puerto Morelos dejó tendido un cerco y marchó a los valles centrales, donde se unieron a la causa: Vicente Guerrero a quien el nombre del estado rinde homenaje, Nicolás Bravo, otro caudillo que llegó a la presidencia en 1839, y que combatió bajo las órdenes de José María Morelos, junto con Hermenegildo Galeana y Leonardo Bravo, y en el segundo círculo de insurgentes se encontraba Juan N. Álvarez, quien años más tarde impulsaría, junto con Nicolás Bravo, la creación del estado, y sería su primer gobernador, así como el matrimonio Catalán en Chilpancingo.

A la muerte de Morelos, Vicente Guerrero tomó en sus manos la bandera de la insurrección en un periodo de resistencia, entre 1816 y 1820, cuando muchos insurgentes como Nicolás Bravo e Ignacio López Rayón, se acogieron a la política del indulto, instrumentada por el virrey Juan Ruiz de Apodaca, y sólo Guerrero y Guadalupe Victoria en Veracruz, se mantenían como insurgentes; por lo demás, el país estaba casi pacificado.

El plan satisfizo a liberales y conservadores: la meta de la independencia y la protección de la Iglesia católica hicieron posible que todos se unieran al movimiento independentista.

Entre 1862 y 1867 el Estado participó activamente en la defensa de la soberanía nacional, que fue amenazada por la Intervención Francesa.

Fue entonces cuando se dio el inicio del esplendor cultural en Guerrero, con su máximo exponente Ignacio Manuel Altamirano, uno de los más conocidos literatos mexicanos, quien también fungió como político y militar, y era de raza indígena.

En 1876 hubo nuevamente elecciones presidenciales y competían Lerdo contra Díaz, el primero resultó triunfador y Díaz promulgó el Plan de Tuxtepec, que convocó nuevamente a una revuelta.

En Tlaxcala venció definitivamente Díaz a las fuerzas del gobierno y de esta manera asumió el poder que mantuvo durante casi 30 años.

En Huitzuco, con la orientación de Octavio Bertrana, se formó el "Círculo Antirreeleccionista Juan N. Álvarez", encabezado por los hermanos Ambrosio, Rómulo y Francisco Figueroa.

Empujados en cierta manera por la poca atención a sus demandas, un grupo de profesores —entre ellos Lucio Cabañas y Genaro Vázquez— optaron por la lucha armada.

Este último grupo, comandado por Cabañas Barrientos, secuestró a Rubén Figueroa Figueroa (senador por Guerrero y futuro gobernador del estado) en 1974, lo que dio pie a una dura represión por parte del Ejército Mexicano.

Retrato de Juan Ruiz de Alarcón.
Recreación de una batalla entre un indígena y un conquistador.
Nicolás Bravo, caudillo de la Independencia e impulsor de la creación del estado.
Juan N. Álvarez, primer gobernador del estado.
Ignacio Manuel Altamirano, padre de la literatura mexicana moderna.