[3] No fue sino hasta enero de 1811 cuando Hermenegildo Galeana puso a disposición del ejército insurgente sus servicios.
Simultáneamente los insurgentes del centro del país, dirigidos por Ignacio López Rayón se trasladaron de Saltillo hasta Zitácuaro en donde se estableció el primer órgano de gobierno independiente: la Suprema Junta Nacional.
Los insurgentes del sur no dudaron en reconocer la autoridad de la Suprema Junta y recibieron a su representante en Taxco, con el cual tuvieron ciertas fricciones.
Conjuntamente con Nicolás Bravo, Hermenegildo Galeana marchó para obtener el control de Tenancingo, cosa que consiguieron y después avanzaron hasta Cuautla.
Calleja sitió Cuautla por 72 días sin conseguir romper el cerco, pues no fue sino hasta el 2 de mayo de 1812 cuando los insurgentes pudieron salir secretamente, sorprendiendo a los realistas y causándoles innumerables bajas.
Por ello Morelos designó a un joven clérigo de Izúcar, Mariano Matamoros para que fuera su mano derecha.
Al enterarse Galeana salió con su tropa en su auxilio y aunque consiguió hacer huir a los realistas, no pudo evitar que Trujano muriera durante la batalla.
Esta victoria significó mucho para la causa insurgente pues para dar un escarmiento se mandó fusilar a todos los defensores realistas.
Desde finales de 1810 el cura Hidalgo le había ordenado a Morelos que lo tomara para la causa insurgente.
Hermenegildo Galeana regresó a Técpan tras decidir abandonar la causa insurgente y permanecer oculto.