En la zona de El Bajío, comenzaron a organizar una conjura en San Miguel el Grande (ahora San Miguel el de Allende) los capitanes Ignacio Allende y Mariano Abasolo, quienes habían tenido contacto, el año anterior, con los conspiradores de Valladolid (hoy Morelia) José Mariano Michelena y José María García Obeso.
La organización de los conspiradores preveía en el mando a Ignacio Allende como general, Aldama como segundo e Hidalgo al frente del movimiento popular.
[1] Otras denuncias llegaron a oídos del comandante Ignacio García Rebolledo y se presionó al corregidor Domínguez para catear la casa de los hermanos González.
"¡Viva nuestra madre santísima de Guadalupe!, ¡viva Fernando VII y muera el mal gobierno!"
Anónimo (1810) recopilado por Ernesto Lemoine Villicaña:[8] "¡Viva Fernando VII!, ¡viva América!, ¡viva la religión y muera el mal gobierno!"
Lucas Alamán (1840):[10] En Querétaro, el capitán Arias fue puesto en libertad y partió de inmediato para integrarse con los insurgentes, aunque fue visto con recelo por sus compañeros.