Desde 1876 el general oaxaqueño Porfirio Díaz encabezó el ejercicio del poder en el país de manera dictatorial.
La situación se prolongó por 34 años, durante los cuales México experimentó un notable crecimiento económico y estabilidad política.
Estos logros se realizaron con altos costos económicos y sociales, que pagaron los estratos menos favorecidos de la sociedad y la oposición política al régimen de Díaz.
Cuando Díaz en entrevista con el periodista estadounidense James Creelman en marzo de 1908 dijo:
La oposición al gobierno cobró gran relevancia ante la postura manifestada por Díaz.