Ruperto Mier

Mier continuó militando en su batallón hasta que se unió, en Valladolid, a la revolución iniciada por Miguel Hidalgo y Costilla mediante el grito de Dolores en septiembre de 1810.En La Piedad logró reunir diez mil hombres con la ayuda del cura José Antonio Macías.Disgustados con sus jefes, Mier y su segundo Antonio López Merino aprovecharon la llegada y victoria de Calleja para solicitar su indulto, el cual les fue concedido bajo la condición de servir como soldados rasos al ejército realista.Durante algún tiempo más militó bajo las órdenes de su antiguo adversario Pedro Celestino Negrete.Una vez reconocidos sus méritos se le otorgó su antiguo grado militar y se le devolvió su libertad, pero Mier decidió no participar más en la guerra.