Francisco J. Múgica

Suya fue la redacción del Manifiesto a la Nación que leyó en cadena nacional el presidente Cárdenas al decretar la expropiación petrolera.

Tras terminar sus estudios preparatorios, comenzó a ejercer el periodismo, siendo colaborador de varios periódicos liberales, entre ellos Regeneración, de los hermanos Flores Magón; en Zamora, Michoacán, lugar donde concluyó sus estudios de seminario y estableció su residencia, Múgica publicó pequeños periódicos opositores a Porfirio Díaz.

Se enroló en las fuerzas de Pascual Orozco, tomando Ciudad Juárez en 1911; después, con Lucio Blanco, comenzó en 1913 el primer reparto agrario en Matamoros, Tamaulipas.

Encabezó las fuerzas revolucionarias en Michoacán, donde conoció a Lázaro Cárdenas, de quien sería maestro ideológico.

Gobernador provisional y comandante militar por designación presidencial, nombrado por el presidente Venustiano Carranza.

Múgica pidió una elección interna democrática y transparente para la libre selección del candidato, también propuso un debate abierto de programas entre los aspirantes, pero no fue escuchado.

[6]​ Ante la sucesión presidencial de 1940 dos personajes de la derecha ganaban adeptos rumbo a las elecciones del año siguiente: Joaquín Amaro y Juan Andreu Almazán; Cárdenas comprendió entonces que la candidatura de Múgica no sería bien recibida por el país ni por el extranjero; pensó que se necesitaba una candidatura de centro, menos radical, que lograra unificar a la dividida población y sobre todo, que le quitara banderas al opositor Almazán.

Pasadas las elecciones, que con graves conflictos y un sonado fraude electoral dieron la victoria a Ávila Camacho sobre Almazán.

[7]​ En últimas fechas, Múgica se dedicó a actividades privadas, asentándose en su finca cerca de Pátzcuaro.

A su funeral asistieron el expresidente Lázaro Cárdenas del Río y el muralista Diego Rivera.

Destacado orador, comprometido con los más altos ideales revolucionarios, desde el reparto agrario, la educación laica y gratuita, la soberanía nacional, y las conquistas sociales a manos de obreros y campesinos, fue despedido por miles de mexicanos, que reconocieron el gran legado del general en la historia de México.