Conforme iba avanzando la guerra las milicias se fueron transformando progresivamente en ejércitos compactos, coordinados y con un mando único.
Su origen común en los cuadros de defensa hizo que milicias confederales y comités revolucionarios estuviesen siempre muy unidos e interrelacionados.
En dos meses, el comité consiguió organizar a 20.000 milicianos que se repartían en un frente de 300 kilómetros.
Lo que estaba ocurriendo en Barcelona tenía una importancia trascendental para la CNT de toda España ya que era en esta ciudad donde tenía más afiliados, sus mejores cuadros militantes, y su organización más potente y veterana.
Estos guardias constituyeron durante los primeros días la base militar de Teruel, hasta que recibieron refuerzos.
Esta parte el día 21 por la mañana, a las órdenes del comandante Pérez Garmendia, hacia Vitoria con la intención de tomarla.
A éste le acompaña el teniente coronel Bengoa, máximo responsable de la Guardia Civil en el Territorio.
El Grupo Internacional (franceses, alemanes, italianos, marroquíes, ingleses y americanos) , que llegó a contar con unos 400 hombres.
El consejo técnico-militar de la Columna Durruti fue al principio el comandante Pérez Farràs pero fue rápidamente sustituido por el sargento José Manzana.
Las columnas más famosas de la CNT fueron las que salieron desde Barcelona para conquistar Zaragoza y Huesca.
La columna "Sur-Ebro", estaba dirigida por el ebanista Antonio Ortiz Ramírez (miembro del grupo «Nosotros» al igual que Durruti o García Oliver), con el teniente coronel de Infantería Fernando Salavera como consejero militar.
Junto a este grupo se encontraba también otra partida, la columna Hilario-Zamora,[10] que como jefe civil dirigía el anarquista Hilario Esteban y como jefe militar el capitán de infantería del regimiento de Almansa 15 Sebastián Zamora, junto al capitán Santiago López Oliver.
Lo que también hicieron poco después los 650 soldados llegados de Tarragona, al mando del coronel Martínez Peñalver.
De la Columna Sur-Ebro se formó, tras la militarización, la 25.ª División republicana, con las brigadas mixtas 116.ª, 117.ª y 118.ª.
A la columna Ascaso se incorporaron los grupos internacionales «Giustizia e Libertá» y el "Batallón de la Muerte o Centuria Malatesta".
En estos casos para operar mejor se subdividían en Agrupaciones o Divisiones, que equivalían a los batallones en Aragón y en Valencia respectivamente.
Cuando llegó la militarización de las columnas primero pasaron a ser Brigadas Mixtas, y las catalanas, que eran más numerosas, directamente Divisiones.
En febrero de 1937 se añadirían 22 batallones más (hasta completar 75) a las fuerzas asturianas.
Pero al igual que sucedió en Madrid tuvieron un crecimiento espectacular a raíz de la guerra.
Venían por lo general de un entorno militante revolucionario, con familia directa en las milicias (padres, hermanos, marido).
Pero no todos aprobaban la movilización de la mujer en los frentes, al considerar que invadía un campo acotado.
Debido a las deficiencias en blindaje o manejo, los "tiznaos" más improvisados eran puestos fuera de combate rápidamente.
Intentaron liberar sin éxito Córdoba, Granada, Oviedo o Zaragoza creando, a pesar de su fracaso, frentes estables.
Y que si quedaban no pocas tropas del lado republicano en muchas ocasiones lo hacían sin convicción, por pura casualidad o por miedo a rebelarse.
Los Regulares y los legionarios no tuvieron rival en España hasta llegar a Madrid.
En esta situación abandonaban sus fusiles, ametralladoras e incluso cañones, cosa que lamentarían más adelante.
[18] Cuando las colectividades aragonesas son disueltas o desorganizadas en agosto de 1937, la producción se hunde.
Ya durante la Guerra y hasta nuestros días ha sido un asunto polémico sobre el que se ha debatido acaloradamente, incluso dentro de las propias filas cenetistas.
En todo caso, los comunistas habían ascendido mucho en el ejército, llegando a mandar numerosas unidades anarquistas, que en no pocas ocasiones fueron utilizadas como carne de cañón.
Esto se tradujo, al final de la guerra, en el Golpe de Casado, donde los militares profesionales, aliándose con la CNT del Centro y los socialistas derrotaron a los comunistas sin mucho esfuerzo, aunque éstos tenían numerosas divisiones bajo su mando.