Una línea que permaneció más o menos estable hasta finales de 1937 y que iba desde la cuenca del Alfambra y del Aguas Vivas, en el sur, por la Sierra de Alcubierre y los llanos de la Violada hasta el Pirineo, tomando como divisoria la línea del Gállego en su tramo superior.
En las zonas que teóricamente quedaban bajo la jurisdicción de la República, quienes realmente tenían el poder eran las milicias que amparaban a los comités revolucionarios, dominados casi todos ellos por anarquistas al margen del Estado republicano.
Estaban presentes los máximos representantes de las columnas, como Buenaventura Durruti, Gregorio Jover, Antonio Ortiz, Cristóbal Aldabaldetrecu, Julián Merino.
Sus líderes pronto declararon "que el Aragón rural se había convertido en la Ucrania española y que no se dejarían avasallar por el militarismo marxista, como le sucediera al anarquismo ruso en 1921", en referencia a la revolución majnovista que declaró en aquel año el denominado «Territorio Libre» de Ucrania.
[2][3] Aunque es cierto que en otras regiones se formaron consejos obreros para otras actividades económicas (principalmente, las enfocadas en producción y racionamiento), en ningún otro sitio llegó a formarse una entidad con tal fuerza e independencia como el CRDA, capaz de rechazar a las autoridades republicanas.
[1] La disolución se llevó a cabo mediante una intervención militar que ocupó el pueblo de Caspe por sorpresa, para evitar una reacción.
Joaquín Ascaso y los miembros anarquistas del CRDA fueron detenidos bajo varias acusaciones (entre otras, contrabando de joyas).
[8] Tras la disolución del Consejo y la detención de Ascaso, el Gobierno nombró a José Ignacio Mantecón como Gobernador General para gestionar el territorio republicano en las tres provincias aragonesas.
[1] Mantecón, antiguo miembro del Consejo y republicano de izquierdas, se convertía así en la nueva autoridad suprema.
Los campesinos que habían logrado mantenerse al margen de las colectividades tomaron muchas de ellas por asalto, llevándose y repartiéndose todos los frutos y enseres que éstas tenían.
Inicialmente el Comité Regional cenetista, cuando se decidió a dar el paso de constituir el CRDA quedó constituido así: Presidencia: Joaquín Ascaso Budría; Justicia y Orden Público: Adolfo Ballano Bueno; Economía y Abastos: Adolfo Arnal Gracia; Agricultura: José Mavilla Villa; Transportes y Comunicaciones: Francisco Ponzán Vidal; Trabajo: Miguel Chueca Cuartero; Información y Propaganda: Miguel Jiménez Herrero; Instrucción Pública: José Alberola Navarro.
La bandera recoge un gran simbolismo representado a todas las fuerzas antifascistas: el rojo y negro (CNT), el rojo (UGT) y el morado (en alusión a los partidos del Frente Popular).
Corona el escudo un sol naciente, emblema del Aragón que brota sobre lo derruido por los enemigos de la libertad.
Parece ser que este banderín nunca llegó a utilizarse, ni siquiera salió de la fábrica, quizá porque en el tiempo que transcurrió entre el encargo y la fabricación, el Consejo de Aragón había sido eliminado y nadie recogió el pedido.