Abderramán III

[1]​ Pese a esto, su abuelo lo había escogido para sucederle por sus dotes: era inteligente, confiado, tenía temperamento y gusto por las tareas de Estado.

Apasionado por el lujo y la pompa, fue censurado públicamente por el cadí Mundir ibn Said al-Balluti, porque dejó de cumplir sus deberes religiosos en la mezquita aljama tres viernes seguidos cuando dirigía con entusiasmo las obras del «Gran Salón del Califato» en Medina Azahara, cuyos muros quiso revestir de oro y plata.

[52]​[51]​ Manumitida al tener hijos con el emir, le dio cinco en total, dos mujeres y tres varones, incluido Alhakén II.

[66]​ Durante cuatro décadas, su padre lo obligó a vivir encerrado en el Alcázar y lo mantuvo alejado del trato con mujeres —corrían rumores sobre relaciones con efebos—.

[66]​ Probablemente Abderramán sentía temor ante la posibilidad de que su hijo tuviera trato con mujeres ambiciosas y se formara una camarilla en torno suyo para destronarlo.

[24]​ Es muy probable, por tanto, que en la designación de Abderramán como heredero desempeñaran un papel importante las intrigas palaciegas urdidas en torno al lecho del emir moribundo.

[80]​[17]​ La administración había menguado mucho, así como el ejército, reducido a poco más que una banda armada financiada por correrías anuales.

[85]​ Para ello, Abderramán puso en marcha casi inmediatamente una enérgica política de campañas militares y perdón a aquellos que se doblegaban sin resistencia.

[98]​ En algunos casos, generalmente de territorios fronterizos —Zaragoza, Huesca, Daroca, Albarracín—, los rebeldes continuaron ejerciendo el poder, pero ya como súbditos del califa.

[101]​ Los territorios recuperados aceleraban el proceso mediante sus contribuciones a las arcas estatales, que permitían reforzar los ejércitos y extender todavía más la autoridad de Abderramán.

[122]​[127]​[124]​[118]​[128]​ El objetivo de la incursión, acabar con las zonas rebeldes al este del territorio dominado por Ibn Hafsún, se alcanzó.

[132]​[131]​[118]​ Fracasó en las negociaciones que entabló con las autoridades omeyas,[132]​ pero simuló lo contrario, mostrando a sus seguidores más notables un supuesto documento del emir Abderramán III.

[139]​ Aun así, en el 921 tuvo lugar otra campaña en la que se tomó Turrush, Torre-Cardela, Esparraguera, Priego y Alhama.

[140]​[141]​ De Pechina, gobernada por sus marineros, Abderramán logró el sometimiento gracias a su habilidad diplomática, ese mismo año.

[165]​ A continuación tanto los rebeldes como los cordobeses se retiraron, estos para consolidar sus nuevas posesiones de Casarabonela, Ardales y otros lugares.

[213]​[214]​[209]​ Ordoño tomó la primera tras un duro combate en el que perecieron unas setecientas personas y se llevó a otras cuatro mil cautivas.

[244]​ El mismo año de 924, se desató una grave crisis sucesoria en León al morir Ordoño, que favoreció a Abderramán.

[248]​[242]​[251]​ Primero le sucedió brevemente su hermano Fruela II, que murió en el 925, cuando se desencadenó una dura rivalidad entre los pretendientes al trono.

[361]​ Como rebeldes, recibieron en general un trato más severo que los muladíes, habitualmente por su mayor resistencia y menor disposición al pacto con Abderramán.

[360]​ Además, una vez proclamado califa, mostró gran rigor en el castigo de aquellos que habían apostatado del islam, circunstancia hasta entonces más tolerada.

[364]​ Rehuyó identificarse con los árabes para recabar así el apoyo de otros grupos culturales, como los bereberes, los muladíes o los cristianos y judíos que poblaban al-Ándalus.

[367]​ La importancia del regadío hacía que existiese un alto cargo dedicado a su supervisión: el acequiero mayor o zabacequias.

[386]​[385]​ Aunque los años siguientes el califa se centró en someter Zaragoza, no por ello cesaron las campañas contra los territorios cristianos.

[272]​[385]​ Más al este, Fernán González obtuvo Osma, San Esteban de Gormaz y otras fortalezas del alto Duero.

[272]​ La repoblación del Duero medio fue, sin embargo, pasajera y las nuevas localidades se abandonaron pronto, en parte por las incursiones andalusíes.

[97]​[413]​[414]​ Esta derrota tuvo además otra importante consecuencia: el abandono de los choques en batalla campal y su sustitución por veloces campañas, las aceifas.

[442]​ Por entonces el Magreb occidental era un territorio mucho más rural y atrasado que al-Ándalus, poblado abrumadoramente por bereberes, divididos en tribus.

[416]​ A principios del siglo X, los idrisíes, que habían gozado de cierto predicamento entre las tribus si bien no dominaban firmemente el territorio, estaban sumidos en luchas intestinas.

[10]​[nota 33]​ Su cuerpo fue trasladado a la rawda del Alcázar de Córdoba, donde fue enterrado, como todos los emires y luego los califas omeyas.

[503]​ Esta, a su vez, dio al traste con los logros defensivos de Abderramán, que habían permitido frenar considerablemente el avance cristiano en la península.

Píxide de Al-Mughira , marfil perteneciente a un hijo del califa Abderramán.
La península ibérica al advenimiento de Abderramán III y los principales focos de rebeldía a la autoridad del emir. Este logró someter de nuevo los territorios musulmanes a la obediencia cordobesa, acabar con las rebeliones internas y limitar las conquistas de los Estados cristianos del norte, pero no recuperar los territorios perdidos a manos de estos.
Extensión aproximada de la rebelión de Omar ibn Hafsún en torno al 912, antes de las campañas de Abderramán contra él y sus hijos, que concluyeron con el aplastamiento de la larga sublevación contra la autoridad cordobesa en el 928.
Ordoño II de León , destacado rival de Abderramán hasta su muerte en el 924.
Campaña califal del Aragón del año 924.
Dírham de Abderramán III emitido en Medina Azahara . Aunque su predecesores en el trono del emirato habían acuñado monedas de plata, él fue el primero en hacerlo también en oro, a partir de su entronización como califa.
Principales productos agrícolas andalusíes durante el periodo omeya.
Puerta de la muralla de Medinaceli , plaza que Abderramán mandó reconstruir a Galib como núcleo de la defensa de la Marca Media en el 946, tras el descalabro de la batalla de Simancas .
Extensión aproximada del califato a la muerte de Abderramán en el 961. El califa había logrado someter a todos los rebeldes del territorio andalusí y mantener fundamentalmente las fronteras, salvo en la zona riojana y en el valle del Duero , zonas que habían pasado a manos de los Estados cristianos del norte.
Dinares fatimíes del siglo x . Los fatimíes , dinastía chiita , fueron los principales rivales de los omeyas andalusíes en el Magreb, cuya posesión se disputaron en general a través de sus clientes políticos en la región. Al final del reinado de Abderramán, la situación favorecía a sus enemigos.
Interior de la Mezquita de Córdoba.