Por la época en que nació Onneca, la península ibérica se encontraba bajo el dominio de la dinastía musulmana Omeya.
La expedición asoló el territorio del reino cristiano y las fuerzas musulmanas se apoderaron de tres castillos.
Posiblemente Onneca era todavía una adolescente cuando le dio a Abdullah un hijo llamado Muhammad en el año 864.
[3] Al convertirse en esposa de Abdullah, Onneca pasó a ser llamada Durr, un nombre árabe que significa "perla".
Hacia 882, después de permanecer casi dos décadas en Córdoba, Onneca debió regresar a Pamplona con su padre, quien había tomado recientemente posesión del trono, y por tanto abandonó a su marido e hijos musulmanes.
[12] Abdullah se convirtió en emir en 888, y Muhammad, el hijo de Onneca, fue designado heredero al trono.
Existen discrepancias entre los historiadores sobre si al-Mutarrif actuó impulsado por su propia cuenta o si fue instigado por su padre Abdullah.
Lévi-Provençal opina que Onneca no acompañó a su padre de regreso a Pamplona en 882, o bien porque ya había fallecido, o porque se había convertido al islam y prefirió quedarse en el harem de Abdullah.
[23] García Sánchez I y Ramiro II alcanzaron una victoria resonante sobre el ejército de Abd-ar-Rahman III.
[24] Después de la batalla, se acordó la paz entre el califa y sus adversarios cristianos.
[26][27] Puesto que por aquella época Córdoba era famosa por sus médicos, Toda solicitó la ayuda de Abd-ar-Rahman III, quien consultó a su médico judío Hasdai ibn Shaprut, el cual prometió curar a Sancho con la condición de que Toda visitara Córdoba.
[34][35] El episodio dio lugar a una alianza para mutuo beneficio del califa y sus parientes cristianos.