Fortún Garcés

Aunque a menudo se lo llama rey de Pamplona, los historiadores actuales prefieren considerar a su sucesor Sancho Garcés I el primer rey auténtico de Pamplona, recurriendo a la expresión «reino en estado latente» para la época de Íñigo Arista, García Íñiguez y Fortún Garcés[2]​.[4]​[a]​ Su padre, García Íñiguez, había estrechado los lazos con el reino de Asturias y aflojado los que habían mantenido sus antecesores con los Banu Qasi y por esta razón tuvo que sufrir los constantes ataques de los musulmanes.[6]​ El emir Muhámmed I ibn Abdurrahmán, gobernador de Córdoba de 852 a 886, invadió el reino de Pamplona en el año 860 y capturó en Milagro, una de las tres plazas ocupadas por los sarracenos, al hijo del caudillo pamplonés García Íñiguez, Fortún Garcés el Tuerto y a su hija Onneca Fortúnez, tomándolos como rehenes por el pago del débito tributario y llevándolos cautivos a Córdoba.[10]​ Finalmente, en 905 la nobleza del reino, harta de ese repliegue y esa postración ante el islam, decidió reemplazarlo por Sancho Garcés, un miembro de su extenso linaje mucho más decidido a proseguir la Reconquista.[13]​ Es con Sancho Garcés que puede empezar a hablarse del reino de Pamplona, pues tanto Íñigo Arista como su hijo y su nieto son hoy considerados caudillos político-militares más que reyes propiamente dichos.
Panteón de los primeros reyes de Navarra en el monasterio de San Salvador de Leyre.
El río Aragón a su paso por la localidad de Milagro donde fue capturado Fortún Garcés y su hija Onneca
Placa con los nombres de los reyes de Navarra sepultados en el monasterio de San Salvador de Leyre.