Entre ambos, la cuenca de Fiñana se drena por el río Nacimiento, recogen los mapas; evocaciones del transvase que sufren las aguas mediterráneas en su cabecera natural (Huéneja) hacia la vertiente atlántica, dejando tan seco el cauce entre las villas que merece el nombre de La Rambla.
El municipio de Fiñana todavía no cuenta con un PTEL que cumpla con la Ley 5/2010 sobre autonomía local.
[6] Fue fundada por los romanos, para controlar el camino entre Almería, Guadix y Granada.
Por lo que hay dos Fiñanas, la árabe con enrevesadas calles en cuesta y con abalconamientos al valle, y la Fiñana cristiana, que crece a lo largo de la calle Real, tacheada de edificios religiosos.
Tras la conquista cristiana, Fiñana se convierte en villa de realengo y recibe una importante repoblación, mientras que su desarrollo económico va ligado a la industria sedera.
Durante los siglos XVII y XVIII conoció diversas segregaciones de su término, como Abla, Abrucena o Las Tres Villas, aunque siempre mantuvieron una dependencia económica y cultural del municipio matriz.
[8] El aeropuerto más cercano es el de Almería, que se encuentra situado a 72,1 kilómetros.
El puerto más cercano es el de Almería, que se encuentra a 64,8 kilómetros.
[10] El municipio cuenta con un consultorio médico que presta servicicio 5 días a la semana.
El templo se estructura en tres naves separadas por pilares rectangulares biselados sobre los que se colocan cuatro arcos de medio punto que separan la nave central de las laterales.
Estas, junto a las imágenes de San Pedro y San Pablo, situadas en sendas hornacinas a ambos extremos del pedestal corrido, fueron destruidas durante la guerra civil (1936-1939).
El recinto fortificado se sitúa en la parte alta del pueblo, como defensa de la población civil situada a los pies y para controlar la vía que comunicaba con el interior peninsular.
Esta huella musulmana se materializa en el urbanismo, con calles irregulares y en cuesta, asidas a las curvas de nivel, en la parte alta del municipio, aledaño a la Alcazaba, en contraste con el urbanismo cristiano de las laderas más bajas.
[17] A principios del siglo XI, Fiñana fue lugar codiciado por su emplazamiento estratégico en el eje de comunicación Almería-Guadix, apareciendo citada por al-Idrisi (1099-1164) cuando describe el itinerario entre ambas ciudades.
En la restauración realizada en 1986, por el arquitecto Eduardo Blanes Arrufat, se respetaron sus características más destacables.
De esta mezquita destacan La Sala del Oratorio y Las Yeserías: La sala del Oratorio presenta un espacio aparentemente cuadrado, dividido en tres naves por dos arquearlas paralelas entre sí están compuestas por tres arcos de herradura que descansan sobre cuatro pilares octogonales o cuadrados que se achafianan por sus esquinas casi desde su límite superior, recuerdo lejano de un capitel.
La yesería islámica está formada por una ancha banda en figura de "U" invertida.
Las inscripciones fueron gravadas utilizando dos variedades caligráficas: la cúfica, caracterizada por sus trazos angulosos y geornétricos; y la cursiva, que en estas yeserías, apenas presenta puntos diacríticos, vocales, ni otros signos ortográficos usuales en este tipo de escritura.
Los textos mejor conservados, se realizaron en letra cursiva, encontrándose en las fajas del exterior.
El museo cuenta con una cocina antigua donde pueden apreciarse varios utensilios de madera de la época; un patio interior; habitaciones adaptadas a una estructura antigua y salas donde se recopilan diferentes aperos que reproducen los oficios tradicionales que desempeñaban los fiñaneros.
Pero lo más destacado es la cesión de un banco otorgado por los Reyes Católicos a la casa consistorial fiñanera.