Musa

De igual manera presiden el pensamiento en todas sus formas: elocuencia, persuasión, sabiduría, poesía, historia, matemáticas o astronomía.

[1]​ Las musas tenían muchas advocaciones, dependendiendo del lugar del culto y así se las denominan como apoloides, castálidas, emátides, heliconíades, hipocrénides, mnemónides, moisas, pegásides, piérides o tespíades.

Finalmente, alrededor del siglo VIII-siglo VII a. C., prevaleció en todo el territorio de la Hélade la adoración de las nueve musas, que son Calíope, Clío, Erató, Euterpe, Melpómene, Polimnia, Talía, Terpsícore y Urania.

[3]​ Plutarco afirma que en algunos lugares las nueve eran llamadas por el nombre común de Mneiae, ‘recuerdos’.

El río Termeso corre junto al Helicón, yendo por el camino directo hacia el bosque sagrado hay un retrato de Eufeme esculpido en una piedra.

[40]​ Esta es una lista de todos los nombres individuales que los poetas nos han legado de las musas: Aede, Aqueloide, Arque, Asopo, Boristénide, Calícore, Calíope, Cefiso, Clío, Día, Enope, Erató, Eucélade, Eunice, Euterpe, Hélice, Heptápora, Hipate, Melpómene, Mélete, Mese, Mneme, Nete, Nilo, Polimatía, Polimnia, Rodía, Talía, Telxínoe, Terpsícore, Tipoplo, Tritone y Urania.y estas son las fuentes de donde proceden los nombres adicionales: En las obras de arte más antiguas se encuentran sólo tres musas y sus atributos son instrumentos musicales, tales como la flauta, la lira o el barbitón.

En el arte romano, renacentista y neoclásico, cada una de las nueve musas recibían al ser representadas en esculturas o pinturas atributos y aptitudes diferentes, en función de la disciplina artística o científica con la que eran asociadas, lo que permitía distinguirlas.

En los poemas homéricos se considera a las musas diosas de la música y la poesía que viven en el Olimpo.

En épocas posteriores Apolo es situado en muy estrecha relación con ellas, pues se le describe como jefe del coro de las musas con el epíteto Musageta (Μουσαγέτης).

Otra característica más de las musas es su poder profético, que les pertenece en parte porque eran consideradas como ninfas inspiradoras y en parte por su relación con Apolo, el dios profético de Delfos.

Como los poetas y los bardos obtenían su poder de las musas, y aunque la idea más general es que, como las demás ninfas, eran divinidades virginales, algunos eran con frecuencia llamados sus discípulos o hijos.

[45]​ Aunque las musas no tienen ciclo legendario propio, sí se les atribuyen algunos mitos menores: La palabra griega mousa es un sustantivo común además de un tipo de diosa: significa literalmente ‘canción’ o ‘poema’.

Para el poeta y legislador Solón, las musas era «la clave de la buena vida», pues traían tanto la prosperidad como la amistad.

Muchas figuras de la Ilustración buscaron restablecer un «Culto a las musas» en el siglo XVIII.

Una famosa logia masónica en el París prerrevolucionario era llamada Les Neuf Sœurs (‘las nueve hermanas’, es decir, las nueve musas), y a ella asistieron Voltaire, Benjamín Franklin, Danton y otros personajes influyentes de la época.

Apolo y las Nueve musas , John Singer Sargent , 1921.
Apolo y las musas , (Neue Pinakothek, Múnich)
Apolo y las musas (Museo Borgogna)
Apolo y las Nueve musas (G, Moreau)
Fresco intitulado Apolo. dios de la luz, elocuencia, poesía, y la bellas artes, con Urania, musa de la astronomía (Museo de Arte de Cleveland)
Atenea junto a las musas , de Frans Floris ( c. 1560).
El Valle de las musas visto desde el monte Helicón.
Templo de las musas , Instituto Neopitagórico (Curitiba, Brasil)