Inspiración artística

Platón, en Symposium 197a, Phaedrus 244, como también Teócrito, Píndaro, y Aristóteles (en Poetics) argumentan que el poeta se transporta temporalmente al mundo de la verdad o comprensión divina, y es esta visión la que lo obliga a crear.

Por lo tanto, las invocaciones a las musas y otros varios dioses poéticos (en particular, Apolo y Dionisio) son auténticas plegarias en busca de inspiración, para recibir el aliento del dios.

Así, escribía en el Ión: Todos los poetas épicos, en efecto, los buenos poetas, recitan todos esos bellos poemas, no precisamente gracias a un arte, sino por estar inspirados por un dios y por estar poseídos de él.

Cicerón no estaba satisfecho con la figuratividad que la palabra "inspiración" había adquirido y usaba en cambio el término afflatus.

Sin embargo, la inspiración es también algo que para los profetas surge de la revelación, y en alguna medida los dos conceptos se encuentran entremezclados.

La revelación es un proceso consciente, donde el escritor o pintor es consciente e interactúa con la visión, mientras que la inspiración es involuntaria y se recibe sin un entendimiento cabal de lo que está sucediendo.

En el relato del Venerable Beda de Caedmon, se combinan las tradiciones cristianas y germánicas tardías.

La inspiración en la historia es el producto de la gracia: no es posible buscarla (pero si desearla), es incontrolable, e irresistible, y si bien la obra del poeta comprende en forma completa su mente y su cuerpo, es fundamentalmente un don.

El modelo de John Locke de la mente humana sugería que las ideas se asociaban entre sí y que una cuerda en la mente podía ser alcanzada por una idea resonante.

Al mismo tiempo, satirizaba a los ministros protestantes radicales quienes predicaban mediante "inspiración directa."

En sus textos, describe al púlpito ideal del disidente como un barril con una manguera que conecta la parte posterior del predicador a un conjunto de fuelles en la base, mediante los cuales el predicador podía ser inflado al punto de poder lograr gritar su inspiración a la congregación.

Más aún, Swift veía a la fantasía como una característica irracional y de locura, donde, "una vez que la fantasía de un hombre sobrepasa su razón, ya no hay lugar para el sentido común."

Escritores románticos tales como Edgar Allan Poe (El principio poético), Ralph Waldo Emerson (El poeta), y Percy Bysshe Shelley veían la inspiración en términos similares a los griegos: era un tema de locura e irracionalidad.

Sigmund Freud y otros psicólogos[cita requerida] posteriores ubicaron a la inspiración en la psiquis interna del artista.

En psicología moderna, la inspiración no es estudiada frecuentemente, pero se la considera un proceso completamente interno.

El rey David danzando en éxtasis frente al Arca de la Alianza .
Inspiración -por Jean-Honore Fragonard