[5] Además, fue utilizado como una figura capital para el Gobierno Revolucionario de la Fuerza Armada del general Juan Velasco Alvarado (1968-1975), así como por varios movimientos políticos y desde entonces ha permanecido en el imaginario popular.Condorcanqui fijó su residencia en la ciudad del Cuzco, desde donde viajaba constantemente para controlar el funcionamiento de sus tierras.En 1780, Túpac Amaru, quien también experimentó esta crisis, tenía considerables recursos pero, del mismo modo, numerosas deudas.También fue testigo del malestar económico y oyó hablar de él a diferentes autores, desde mercaderes al borde de la bancarrota hasta comunidades que no podían solventar la creciente carga fiscal.[14] Condorcanqui vivía la situación típica de los curacas: tenía que mediar entre el corregidor y los indígenas a su cargo.Realizó reclamos sobre estos temas pidiendo también que los indígenas fueran liberados del trabajo obligatorio en las minas, reclamos dirigidos por las vías regulares a las autoridades coloniales en Tinta, Cuzco y después en Lima, obteniendo negativas o indiferencia.Al comienzo el movimiento reconoció la autoridad de la Corona española, ya que Túpac Amaru afirmó que su intención no era ir en contra del rey sino en contra del «mal gobierno» de los corregidores.Su movimiento tuvo dos fases: Desde un inicio Túpac Amaru II buscó ganarse el apoyo de la iglesia e integrar a indígenas, criollos, mestizos y libertos negros en un frente anticolonial,[17] pero no pudo evitar que la masificación del movimiento convirtiera el accionar independentista en una lucha racial contra españoles y criollos.[18] En el proceso, Túpac Amaru sería excomulgado por la iglesia, por medio del arzobispo de Cuzco Juan Manuel Moscoso.[19][20] Tales excomuniones fueron una noticia muy tormentosa para Túpac Amaru y su esposa Micaela Bastidas, quienes eran devotos católicos, como resalta el líder revolucionario en una carta al obispo.Fue llevado al Cuzco encadenado y montado en una mula, ciudad donde ingresó una semana después, «con semblante sereno», mientras las campanas de la Catedral repicaban celebrando su captura.A continuación, fue ejecutada por garrote Tomasa Tito Condemayta, en algún momento llamada la favorita de Túpac Amaru.[23] Después, Micaela Bastidas fue llevada a las horcas donde se le intentó cortar la lengua pero se afirma que los verdugos no lo lograron y solo pudieron hacerlo tras su ejecución mediante el garrote.[23] A José Gabriel, al igual que hicieron con varios de sus lugartenientes, con su tío y su hijo mayor, le cortaron la lengua.[25] Posteriormente, tras una conjura donde se vio involucrado su tío, Mariano fue capturado y desterrado a España muriendo en las costas de Brasil en 1784.Con las masas, el Inca iba a comunicarse usando un lenguaje simbólico, de raigambre mesiánica.Sahuaraura Tito Atauchi afirmó que los indígenas se arrojaban a pelear en las batallas sin temor y ciegamente, pero aun estando malheridos no querían invocar el nombre de Jesús, ni confesarse.Igualmente se presentaba el modelo peruano, que preveía la resurrección al quinto día.Pero también era un símbolo divisionista, cuando no se reunían todas las condiciones necesarias para gobernar; tal el caso de José Gabriel Condorcanqui o Túpac Amaru II, al que muchos nobles incaicos consideraron un «advenedizo fraudulento», más que un verdadero redentor, aunque él se reivindicara como descendiente del último inca de Vilcabamba, Felipe Túpac Amaru, o Túpac Amaru I.[28] Según el historiador masón Martín F. Lescano, en su obra Las sociedades secretas y políticas en Buenos Aires, se menciona que para el año 1776, el cacique Túpac Amaru II tenía relación con las sociedades secretas masónicas, lo cual generaría sospechas de que fue iniciado en la masonería (aunque no se sabría la fecha exacta de aquella iniciación).Y la potencial prueba más poderosa de su calidad masónica sería habérsele encontrado entre sus posesiones un collar de hierro, con dos platinas pesadas y rodeados de puntas, que hacen manifiesto el título La Orden del Paititi, y del que se señala que Condorcanqui habría sido su Gran Maestro.[29] Con respecto a cómo, dónde y por quién podría haber sido iniciado en las logias masónicas, se rumorea que a través de su íntima amistad de José Gabriel Condorcanqui con Miguel Montiel (noble limeño), quien era un hombre Cosmopolita (viajando no solo por todo el Virreinato peruano, sino también a Francia y Reino Unido) y con opiniones políticas que coincidían en muchos aspectos con las ideas de la Ilustración y sus críticas a la Monarquía Española (creyendo ambos que la mayoría de súbditos, sean indios o mestizos, tenían una visión idealizada de sus gobernantes españoles "Incas católicos" y errónea de los funcionarios mediocres del Virreinato por su cultura servil), el burgués Miguel Montiel podría haber iniciado a Condorcanqui a la Masonería (en 1777) para luchar contra la ideología católico-monárquica de los limitados e ineficientes españoles, creyendo que dejarse gobernar por España sólo mancillaba su historia y orgullo Inca, anhelando restablecer la grandeza incaica y desarrollando un «nacionalismo inca».Lo reconoció como héroe nacional en 1969, lo cual fue novedad puesto que desde la independencia la figura de Túpac Amaru II fue llevada con indiferencia u omisión por la educación e historiografía oficial peruana.En otro sentido, su nombre también fue utilizado por el Movimiento Revolucionario Túpac Amaru (MRTA), agrupación guerrillera, posteriormente terrorista, que operó en Perú de 1985 a 1997.En Argentina el nombre de este líder rebelde fue adoptado por la Asociación Túpac Amaru, un movimiento indigenista político y social surgido en 2001 en la provincia de Jujuy que actualmente tiene presencia en 15 provincias argentinas.El niño, sin alzar la cabeza, respondió que sí y en un susurro dijo: «Viento es».[50][51][52] Debido a su avanzada edad, así como las enfermedades que le aquejaban, Diego Felipe delega sus derechos y procesos pendientes a su nieta María Gertrudis Avendaño Betancur-Túpac Amaru y al capitán Vicente García Rodríguez.Según las denuncias presentadas por miembros del Consejo en 1783 y 1784, el tal Vicente García había extraído de las dependencias de los Incas los archivos correspondientes a los años 1595, 1739 - 1676 y 1685 -1780, extraviando también varios documentos importantes que no convenían para la reconstrucción del árbol genealógico de Don Diego (perdiéndose la elección anual realizada entre 1769 a 1779).Por ello, debido a las inconsistencias el cacique Don José Gabriel Túpac Amaru manifestó ante la Real Audiencia lo siguiente:Mientras tanto, las pruebas, presentadas por José Gabriel Tupac Amaru con respecto a su ascendencia Inca, fueron las siguientes: El litigio no tuvo ganadores y ambas familias perdieron mucho, tanto su honor como grandes sumas de dinero en juristas, genealogistas, apoderados y heraldos.