Germán Arciniegas

Vinculado desde joven al periodismo, creó y dirigió numerosas revistas culturales.Sin embargo, erróneamente se asocia a este escritor con el boom latinoamericano,[cita requerida] que es muy posterior al inicio de su carrera, por una parte, y que por otra, agrupa a novelistas latinoamericanos —más bien hispanoamericanos porque en países como Brasil este fenómeno no se da— y no incluye a historiadores.[7]​ En las tres revistas colaboraron personajes reconocidos como Luis López de Mesa, José Vasconcelos, León de Greiff, así como caricaturistas, dibujantes y pintores como Ricardo Rendón, Alberto Arango y Sergio Trujillo Magnenat.Por Universidad además, el haiku entró a Colombia en la voz de José Juan Tablada, y en general, la literatura mexicana.Como fue siempre americanista, estos festivales se celebraron en septiembre, que es cuando viene la primavera en el hemisferio sur.[11]​ En 1946 con la llegada de los conservadores al poder, su vida fue amenazada y se vio obligado a exiliarse con su familia en Estados Unidos, aprovechando que le habían ofrecido un puesto como docente en la Universidad de Columbia.Durante 1980 estuvo en Guatemala como representante de la cultura letrada colombiana en la Semana Cultural Colombo-Guatemalteca, junto a Rogelio Echavarría, Antonio Cacua Prada.[15]​ En cuanto a la mujer, Arciniegas quiso crear universidades en que estas pudieran estudiar carreras que les sirvieran para su vida, ya fuera marital o profesional, para lo cual fundó el Colegio Mayor de Cundinamarca y ayudó a fundar el Colegio Mayor de Antioquia.[17]​ La obra publicada de Arciniegas alcanzó sesenta y ocho libros en total, en los que se paseó por el ensayo, los artículos, la crónica, la novela —aunque no escribió sino una en su vida: En medio del camino de la vida—, e incluso el teatro, aunque de este aspecto se conoce solo un libro: El libertador y la guerrillera.Entre sus libros sobresale Biografía del Caribe (1945), Bolívar y la Revolución (1984), El continente de los siete colores (1970).La publicación y la traducción de su libro fueron prohibidas en al menos diez países, incluyendo Colombia.Los adolescentes Leonardo Da Vinci y Sandro Botticelli, los truculentos Médici, el joven Vespucci.
Busto de Germán Arciniegas en la Biblioteca Nacional de Colombia