Los líderes indígenas de las 365 comunidades potosinas realizaron dos grandes reuniones, en Pocoata y en Macha, en las cuales estuvieron presentes los tres hermanos Katari.Como eran «indios» les estaba prohibido montar a caballo, bajo pena en galeras, azotes públicos y privados, multas y hasta la muerte (cuando una persona blanca necesitaba que uno de sus esclavos montara a caballo, debía tramitarle un permiso expreso del gobernador).Durante el viaje fueron ayudados por los indígenas de las distintas naciones, ya que no contaban con dinero español para comer y alojarse.A principios de mayo de 1779, Tomás Katari consultó con los jamautas (‘varones sabios’) y las mamakonas (‘mujeres sabias’) quienes le aconsejaron que comenzara a cumplir la función que le había sido arrebatada, aunque no había recibido todavía la confirmación oficial de las autoridades españolas, Katari ordenó que las asambleas comunitarias de toda la región eligieran a sus autoridades ―como en los tiempos incaicos―, «defensores y protectores de los desvalidos indios tributarios, miserables, indefensos [...] que otros individuos les beben sangre».Con la mediación de dos sacerdotes, el corregidor ordena la liberación y la rebaja en los impuestos.Alós huyó al galope en un caballo pero fue bajado de un jorahuazo (‘hondazo’) en la cabeza.Los quechuas canjearon con los españoles la vida del corregidor por la de Tomás Katari.[1] La Audiencia de Charcas afirmó públicamente que respetaría la autoridad de Tomás Katari, pero en secreto ordenó a los españoles que lo capturaran vivo o muerto, y ofreció una recompensa en dinero.Acuña sabía que su patrulla era seguida por los seguidores de Katari armados.Isidro Serrano, un español que escribía la correspondencia de Katari y fue testigo del asesinato, también fue asesinado.Los hermanos de Katari, Dámaso y Nicolás, lideraron desde entonces a los rebeldes, llegando hasta Chuquisaca (actual Sucre), donde Dámaso fue traicionado por el sacerdote católico español de Pocoata, Francisco Javier Troncoso, quien lo entregó a las autoridades.