Desembarcó en Cartagena de Indias y ejercitó su labor misionera en la región del Bajo Magdalena.
Existen varias leyendas e historias sobre los conflictos que este fraile tuvo con los conquistadores, quienes intentaron asesinarlo en repetidas ocasiones.
Según la tradición, en 1579 y hallándose enfermo por la gran sed que tenía, se dirigió a una fuente que le recomendaron, situada al sur de Valencia, en el camino de Ruzafa a la Albufera.
[3] Provocó gran impacto y suceso, al punto que hoy día su memoria todavía permanece en la tradición popular de la región.
Se afirma de él que era un santo taumaturgo y realizaba muchos prodigios.