Se trata de un municipio castellanoparlante, en el que el español cuenta con el predominio lingüístico a nivel legal, perteneciendo el habla tradicional al dialecto castellano-aragonés.
[9] Si bien el porcentaje industrial ha descendido recientemente a favor del sector servicios, la industria buñolense sigue siendo fuerte.
[2] El evento más conocido es la tomatina, fiesta declarada de interés turístico internacional en 2002;[10] se celebran también varios actos musicales y, como en muchas otras localidades valencianas, fallas.
El topónimo Buñol es con seguridad anterior al periodo musulmán, durante el cual la localidad se denominó al-Buniúl,[2] si bien su etimología es desconocida.
[11][12] Otra opción sería un mozarabismo derivado de viña o un término similar.
Las precipitaciones en invierno son normales, sin llegar a ser escasas, con días en los que nieva (de 0 a 5 días nieva en Buñol), aunque hay inviernos que pueden ser secos.
En la época de dominación árabe estos lugares ya tuvieron cierta autonomía política y administrativa.
[20] Durante la revuelta de las Germanías (1520-1522), Buñol y su comarca permanecieron en el bando antiagermanado.
Treinta y tres repobladores se asentaron en la población, procedentes de Mallorca.
En marzo de 1835, Cabrera el Tigre del Maestrazgo pasó por Buñol para aprovisionarse, fusilando a varios cristinos y permaneciendo en la zona durante un año.
[29] A mediados del siglo XIX se producía en el término de Buñol trigo, cebada, avena, maíz, seda, vino, aceite, algarrobas, pasas, legumbres, frutas y hortalizas.
Esta vía férrea se completaría en 1887 con la puesta en servicio del tramo Buñol-Venta Mina.
El ferrocarril permitió el resurgimiento de la industria papelera, que en el último tercio del siglo XIX llega a doce fábricas, con una producción más diversificada y con mejor maquinaria.
A esto se unió la presencia de un proletariado industrial, primero en la industria papelera, luego en la cementera, que llevó a la implantación de núcleos socialistas y anarquistas en la comarca.
Así volvió a repetirse que un candidato republicano, en este caso Vicente Lambíes del PURA, venció en Buñol pero no logró escaño al ser derrotado en el conjunto del distrito.
La Colonia Escolar Blasco Ibáñez funcionó regularmente desde su fundación hasta el inicio de la Guerra Civil.
Se impidió cualquier clase de desmán contra personas o bienes.
Al término del proceso Vicente Furriol fue absuelto de todos los cargos.
Estas desarrollaban sus tareas en condiciones precarias, particularmente por las temperaturas que llegaban a superar los 40 °C (el máximo legal eran 28 °C).
La empresa lo consideró una falta grave, tomando medidas que incluían el despido de algunas implicadas.
Ello generó un conflicto social, que se vio agravado por la represión policial sobre los obreros reunidos en la iglesia de San Pedro Apóstol, suceso en que hasta el cura párroco sufrió la violencia policial.
[2] Este incremento se debió a un temprano proceso de industrialización basado en la elaboración del papel, al que más tarde se añadieron los transformados metálicos y el cemento, que atrajo a numerosos inmigrantes.
[2] En los últimos años se aprecia una cierta ralentización, que le ha hecho perder algo de población.
[2] La localidad de Buñol surgió en torno al primitivo castillo (ubicado entre las calles Luis Vives y Che Guevara), a su vez probablemente edificado sobre una antigua fortificación romana.
[2] Esta fortificación se vio sustituida por un segundo castillo en un montículo ubicado más al sur.
[2] El núcleo original —delimitado por las calles Mallorquines, Castaños y Espartaco— son estrechas, sinuosas y de alta inclinación; ocasionalmente siguen curvas de nivel o se unen mediante pequeñas escaleras.
[2] Al este el crecimiento quedaba limitado por el barranco de los Mudos (o Borrunes).
[2] Buñol está situado en un importante paso (El Portillo de Buñol) por el que se han sucedido el Camino Real de Castilla, la carretera nacional N-3 y, actualmente, la autovía A-3, todas ellas para unir Madrid y Valencia.
Las actividades industriales cuentan con larga tradición en Buñol, pues ya Cavanilles en 1797 reflejaba la existencia de molinos papeleros y telares.
[2] Buñol está gobernada por una corporación local formada por concejales elegidos cada cuatro años por sufragio universal que a su vez eligen un alcalde.