La real orden reservada era un documento alegal por el cual un monarca español ordenaba saltarse los procedimientos judiciales ordinarios y actuar directamente sobre una persona cualquiera, quien, de esta forma, quedaba desprovista de derecho alguno y en un limbo legal, sin que se le abra proceso ni tome declaración alguna y sin ser oído, sino encarcelado o asesinado sin que pueda juzgársele o saber siquiera cuál sea la acusación por la que ha sido encerrado; como tal fue uno de los procedimientos más característicos de la forma de gobierno denominada Absolutismo o Despotismo y ha sido también utilizada por las dictaduras y algunos servicios secretos de gobiernos democráticos (por ejemplo, la Patriot Act o el llamado terrorismo de Estado).
En el estado absolutista francés de los siglos XVI a XVIII el documento equivalente era la llamada lettre de cachet.
Según el abate Augustin Barruel: Un uso semejante se dio en España a la orden reservada, pero se utilizó también para aprisionar sin proceso perpetuamente a disidentes o enemigos políticos, o a descendientes de rebeldes cuya mera existencia era peligrosa, como Fernando, hijo menor del inca insurrecto Tupac Amaru II, por ejemplo, durante el reinado de Carlos III.