Su imagen idealizada fue honrada durante la contienda por el régimen franquista, que lo convirtió en icono y mártir al servicio de la propaganda del instaurado Movimiento Nacional.[5] Terminada la guerra, su nombre encabezó todas las listas de fallecidos del bando sublevado y la inscripción «José Antonio ¡Presente!» se podía encontrar en muchas iglesias españolas.[8] Cursó bachillerato desde su casa, sin asistir a clases, instruido por profesores particulares que también le enseñaron francés y algo de inglés.El segundo año se incorporó a la vida de la universidad, donde trabó amistad con Ramón Serrano Suñer.En 1933, en pleno auge de los movimientos fascista en Italia y nazi en Alemania, colabora en la salida de la revista El Fascio publicando un artículo titulado «Orientaciones hacia un nuevo Estado», un ataque al liberalismo político que comienza así: «El Estado liberal no cree en nada, ni siquiera en sí mismo.[10] El Fascio solo tiró un número, que fue recogido por la policía, aunque muchos ejemplares pudieron ser repartidos en provincias.Un año después, y tras una ajustada votación, Primo de Rivera acabó siendo proclamado jefe único del partido.[i] José Antonio, que presentó su candidatura a ocho circunscripciones, no obtuvo ningún escaño parlamentario, como tampoco su formación política en toda España.Así, «los incidentes violentos protagonizados por falangistas se sucedieron sin interrupción hasta el estallido de la guerra civil».Por ello Falange convocaba a todos «estudiantes, intelectuales, obreros, militares españoles, para una nueva empresa peligrosa y gozosa de reconquista».[35] La conspiración seguía su marcha y Primo de Rivera no lograba que Falange fuese su movimiento político inspirador.Varios militares estuvieron reunidos en el hotel Victoria de Alicante donde se alojaban su hermana Pilar y su cuñada.El día 14, José Antonio diría a Martín Echeverría (Secretario de la Junta Delegada para Levante): «España se deshace.El gobierno de reconciliación estaba formado, principalmente, por republicanos moderados y no figuraba ningún militar.Desde entonces permanecieron incomunicados con el exterior, prohibiendo que recibieran correo, prensa y escucharan la radio, como había ocurrido hasta entonces.En el mismo juicio se absolvió a los tres carceleros que estaban acusados de complicidad.[74] En repetidas ocasiones, José Antonio Primo de Rivera se refirió al Parlamento en tono despectivo.Para Primo de Rivera, «la dignidad humana, la integridad del hombre y su libertad son valores eternos e intangibles»; considerando que el hombre, únicamente adquiría su calidad humana dedicando su vida a una gran empresa colectiva; el Estado sería esa gran empresa.puede leerse: «La interpretación católica de la vida es, en primer lugar, la verdadera; pero es además, históricamente la Española»;[89] uniendo en esta frase religión y tradición.[af] José Antonio Primo de Rivera consideraba que "lo social es una aspiración interesante aun para mentalidades elementales".Cree encontrar en el fascismo la base ideológica sobre la que sustentar un sistema parecido a la dictadura de su padre.Pero esa actitud, copiada, si se quiere, aunque sea eterna, da los resultados más auténticos.Se educó en un ambiente militarista y vivió una época en la que la violencia formaba parte de la actividad política.[116] Como ha destacado Zira Box, «si hubo un caído por excelencia dentro del Nuevo Estado franquista, ese fue sin duda José Antonio».Su nombre prendió en las iglesias españolas inaugurando las listas de caídos y presidió buena parte del discurso vencedor en la posguerra».[117] Según Stanley G. Payne, José Antonio Primo de Rivera «llegó a ser objeto del más extraordinario culto al mártir de toda Europa contemporánea, lo que, a la larga, le ha garantizado una posición, un estatus, y un papel que nunca podría haber consumado en la vida real».[118] Según Zira Box, la «explotación» que hizo el franquismo de la figura del «caído» José Antonio Primo Rivera se debió a tres razones.Al lado del sepulcro se dispusieron las coronas de flores enviadas por Hitler y Mussolini.En la carta les decía: «Terminada la grandiosa basílica del Valle de los Caídos, levantada para acoger a los héroes y mártires de nuestra Cruzada, se nos ofrece como el lugar más adecuado para que en ella reciban sepultura los restos de vuestro hermano José Antonio, en el lugar preferente que le corresponde entre nuestros gloriosos caídos.Al llegar a su destino se hizo cargo del féretro el abad Justo Pérez de Urbel.
Cruz conmemorativa de José Antonio Primo de Rivera en un lateral de la
catedral de Cuenca
. Desde marzo de 2018, solo luce la cruz, exenta ya de los símbolos alusivos a José Antonio.
Retrato de José Antonio con la característica camisa azul falangista.