Rafael Gambra

Como político se le reconoce más como teórico que como protagonista activo, aunque en el año 2001 fue nombrado por Sixto Enrique de Borbón jefe delegado de la Comunión Tradicionalista, cargo que mantuvo hasta su muerte.

Estuvo casado con la también profesora y escritora María del Carmen Gutiérrez Sánchez, alias «Miguel Arazuri».

Los antepasados paternos de Rafael Gambra habitaron durante generaciones en el valle del Roncal (Navarra).

[15]​[16]​ Educado en un ambiente profundamente católico,[17]​ políticamente su padre simpatizaba con el carlismo[11]​ y su madre era conservadora, como su familia.

[25]​ Pasó los siguientes dos años en la línea del frente estabilizada en la Sierra, hasta que en julio de 1938 salió para asistir a la formación como alférez provisional.

[31]​[32]​ En 1945 Gambra obtuvo su doctorado en Filosofía con una tesis dedicada al enfoque post-hegeliano de la metodología historiográfica.

Se dedicaba a dar conferencias sobre la teoría tradicionalista de la filosofía, el Estado y la política.

[55]​ Sin compromisos con el otro sector colaboracionista, los rodeznistas,[56]​ a principios de los años 50 los falcondistas estimaron que Don Javier debía revitalizar el movimiento poniendo fin a la regencia y reclamando sus derechos al trono de España.

Esto se produciría finalmente en 1952, durante el Congreso Eucarístico Internacional de Barcelona, en un acto, organizado por Rafael Gambra junto con Francisco Elías de Tejada y Melchor Ferrer,[57]​ que consistió en una proclamación emitida por el pretendiente y se consideró una redefinición del legitimismo carlista.

[61]​[62]​ Según el profesor Jacek Bartyzel, Gambra fue el único antifranquista firme entre los cuatro principales teóricos tradicionalistas clave de la época, ya que Francisco Elías de Tejada pasó de ser un partidario entusiasta a la oposición, Álvaro d'Ors siempre fue comprensivo y Francisco Canals se mostró cada vez más favorable al régimen.

[63]​ Una vez que el carlismo viró de estrategia y optó por un acercamiento cauteloso al régimen, Gambra fue crítico con la vía colaboracionista oficial del nuevo Jefe Delegado, José María Valiente.

Durante la década de 1960 Gambra criticaba el franquismo por su rumbo cada vez más liberal, que percibía como una apertura al laicismo y a la democracia inorgánica.

[75]​ Tras su caída, lo definiría principalmente con los términos de «estatismo», «burocracia» y «tecnocracia», en un sistema en el que las doctrinas falangistas, nacional-sindicalistas, católicas, etc. actuaban como mero encubrimiento ideológico.

[83]​ Cuando empezaron a aparecer manifiestos de lenguaje marxista atribuidos a Don Javier, Rafael Gambra consideró que el viejo rey carlista estaba siendo manipulado por Carlos Hugo[84]​ para justificar su nuevo rumbo ideológico.

[89]​ Durante los últimos años del franquismo y en la Transición, Rafael Gambra, que había sido siempre un firme partidario de la línea no colaboracionista,[90]​ se acercó al llamado búnker franquista.

[91]​ Asimismo, se apoyó a Blas Piñar y su partido Fuerza Nueva hasta la disolución del mismo en 1982.

[92]​ Preocupado por los cambios políticos y sociales que se estaban produciendo, hizo campaña contra la legalización del divorcio[93]​ y comparó el «sombrío» horizonte político de esos años con la situación de España inmediatamente anterior a la guerra civil.

[96]​ Su objetivo era promover los principios tradicionalistas en la sociedad española de consumo cada vez más moderna y secularizada.

[97]​ Esto se puso de manifiesto durante un homenaje organizadas en 1998,[98]​ aunque el reconocimiento formal llegó tres años después.

Su última aparición pública tuvo lugar durante una concentración en el Cerro de los Ángeles en 2002.

[31]​ Sus puntos de vista sobre el cristianismo estuvieron influenciados por Gustave Thibon,[103]​ Etienne Gilson, Romano Guardini, Henri Bergson[31]​[104]​ y parcialmente Max Scheler.

[107]​ La sociedad misma está gobernada por la naturaleza, la animalidad y la racionalidad, aunque la religión como factor trascendente es un elemento indispensable de la ecuación social.

[118]​ La ortodoxia católica, en oposición al laicismo o una postura religiosa neutral[119]​, y estructuras administrativas generalmente limitadas, en contastre con el omnipotente Estado moderno.

[136]​[137]​ Fue crítico con la idea de Europa, considerándola un eufemismo que denotaba una ideología agresivamente anticristiana[138]​ y se opuso a su aplicación en España.

José Ciudad , fotografía de Furnells
Vistas del Valle del Roncal .
Los príncipes Magdalena de Borbón-Busset , Javier de Borbón Parma y la infanta María de las Nieves a su llegada a Schiphol en 1970.
Concentración carlista en el cerro de los Ángeles en 1966.