El bagaje británico de Bergson explica la profunda influencia que Spencer, Mill y Darwin ejercieron en él durante su juventud, pero su propia filosofía es en gran medida una reacción en contra de sus sistemas racionalistas.
[5] Dispensado de inscribirse en el registro en el que debían constar todos los judíos (era famoso y estaba muy enfermo) se presentó personalmente: «quise permanecer entre aquellos que mañana serán perseguidos».
Con Bergson se produce el paso del siglo XIX al XX: su vida y el sentido de su filosofía pertenecen al siglo XX.
Supone un momento de transición: superación del positivismo para plantear una nueva filosofía y metafísica, un intuicionismo.
Momento histórico en el que la psicología se constituye como ciencia positiva.
Se establecen dos mundos: Bergson se aparta de la concepción dual (int/ext, etc.) al proponer otra convención: «la percepción dispone del espacio en la exacta proporción en que la acción dispone del tiempo».
[cita requerida] Rebatió a Comte y su clasificación de las ciencias.
Toda la realidad está sometida a la evolución, que es la manifestación de lo incognoscible o «fuerza» (élan vital).
[10] La filosofía tiene que hacerse cargo de ese tiempo real y para ello recurre a la intuición, como conciencia inmediata o percepción directa de la realidad, que no usa simbolizaciones, aunque no puede prescindir del lenguaje.
Los instantes valen de diferente modo, un momento penetra en otro y queda ligado a él.
En el texto señala una posibilidad de conversión que declinará al ver la persecución que se tramaba contra los judíos a inicios de la Segunda Guerra Mundial.