La madre, Francesca Cambosu, fue una mujer muy religiosa que crio a sus hijos con extrema rigurosidad moral.
Empezó a destacar como escritora con algunos relatos que publicó la revista L'ultima moda.
En Elías Portolu (1903) evocó la Cerdeña decadente de principios del siglo XX; su mundo es poético, pero primitivo y cerrado.
Se ha considerado que estaba muy influenciada por el verismo de Giovanni Verga pero también a veces, por el decadentismo del que representó Gabriele D'Annunzio, además de por León Tolstoi.
La crítica ha encasillado su obra en uno u otro -ismo: regionalismo, verismo, decadentismo... Algunos críticos sin embargo prefieren reconocerle, como es de ley para los grandes autores, una poética propia y original, en tanto en cuanto se halla perfectamente integrada en el contexto del siglo XX europeo, en la que todo aparece sin que llegue a pertenecer a ningún movimiento en exclusiva.