José María Valiente

[1]​ Sus abuelos paternos fueron Don José (vecino de Yecla, Murcia) y Doña Francisca.

Se casó con Consuelo Setién Rodríguez, santanderina de origen noble, con quien tuvo tres hijos.

Poco después AP se incorporó a la Confederación Española de Derechas Autónomas (CEDA).

Bajo su liderazgo, las Juventudes se convirtieron en un grupo agresivamente anti-izquierdista, aunque sin llegar a ser una organización paramilitar y negando, entonces, similitud con el fascismo (aunque, posteriormente, reconocería que las JAP estaban influenciadas por esta ideología y «no tenían nada que ver con la democracia cristiana»).

[7]​ Valiente (al parecer, con su consentimiento) se convertiría en el chivo expiatorio y sería expulsado del partido.

En 1945, a raíz de las manifestaciones carlistas antifranquistas en Pamplona, fue detenido y temió ser llevado a un pelotón de fusilamiento, aunque finalmente las sanciones adoptadas contra él fueron relativamente leves, especialmente en comparación con la represión empleada contra la izquierda.

La Ley de Principios del Movimiento Nacional, adoptada en 1958, declaró que España era una Monarquía Tradicional.

Cuando Carlos Hugo se trasladó de manera permanente a Madrid desde Francia, cooperó estrechamente con Valiente, que sería nombrado jefe delegado en 1960.

Los líderes falangistas de tendencia socialmente radical José Solís y Raimundo Fernández-Cuesta comenzaron a frecuentar los encuentros carlistas.

El Jefe del Estado le transmitió que todavía no había tomado una decisión en cuanto a su sucesión.

Finalmente se le negó la nacionalidad española a Carlos Hugo, ningún javierista obtuvo una posición clave en el régimen (aunque se rumoreaba la candidatura de Valiente como ministro de Justicia) y el franquismo no adoptó un giro tradicionalista.

Esta estrategia se derrumbó por completo cuando Valiente presentó su renuncia en 1967 y Carlos Hugo fue expulsado de España en 1968.

Valiente se alarmó al percibir que la conciencia social de Carlos Hugo estaba perdiendo su tono tradicional para asumir una connotación marxista.

[24]​ Puesto que Valiente había sido siempre fiel a Don Javier, contaba generalmente con el apoyo del reclamante.

Sin embargo, Don Javier, con edad ya muy avanzada, se fue distanciado gradualmente del mismo y aceptó su renuncia como jefe delegado en 1968.

La situación cambió cuando Valiente fue nombrado procurador en Cortes por designación personal del general Franco.

En un extraño giro de la fallida política colaboracionista, el Generalísimo decidió ensalzar a Valiente, fortaleciendo su posición como procurador, en su enfrentamiento con Carlos Hugo.

[cita requerida] En 1972 envió una carta al Príncipe de España, sugiriendo que era un momento favorable para implantar una monarquía tradicional apartada del modelo franquista.

[28]​ Valiente era favorable al desmantelamiento del sistema franquista, pero no en la dirección democrática finalmente adoptada durante la Transición.

Su nuevo partido, fundado en los principios católicos, conservadores y monárquicos, no obtuvo apoyo popular.

José María Valiente
Emblema del Requeté
Valiente con la princesa Irene de los Países Bajos en la concentración anual del Cerro de los Ángeles en Madrid (1966)