Las juventudes se convirtieron así en la organización juvenil de la CEDA, destacando ya entonces por su papel en la movilización y la agitación.
El fundador de las JAP y primer líder fue José María Valiente Soriano,[9] que en una ocasión llegó a declarar que quería «forjar hombres nuevos, una juventud auténtica, alegre, optimista, española [...] no como esa otra, triste y áspera, avinagrada, atiborrada de novelas rusas e hija indigna de la anárquica generación del 98».
[15][16] Según la prensa, los jóvenes portaban grandes banderas con lazos negros en señal de luto por su compañero Rafael Roca.
Como consecuencia, resultó muerto un joven llamado Plácido Fernández Pita y hubo dos heridos graves.
[14][19] Durante los años del llamado "Bienio conservador" las JAP provocaron numerosos disturbios y altercados en las calles, creando un ambiente que hiciera justificable la instauración de un régimen autoritario.
[23][24] Durante la campaña electoral de 1936 las JAP adoptaron lemas que se asemejaban al lenguaje empleado por Hitler y Mussolini.
Poco antes del comienzo de la Guerra civil las JAP todavía tenían en sus filas a unos &&&&&&&&&&012000.&&&&&012 000 miembros.
Con la muerte del estudiante Rafael Roca Ortega la JAP habla de 13 mártires.
[37] Para Hugh Thomas constituían un «grupo excitado e impaciente de señoritos».
[38] La JAP, en mayor medida que la CEDA, experimentó un proceso de fascistización, aunque nunca llegó a constituir una organización propiamente fascista (de hecho nunca contó con una milicia armada).
En otros puntos de la geografía española también se editaron publicaciones, con diferente duración e importancia.