[7] Según Gabriele Ranzato, la CEDA no era «un partido para la Iglesia, es decir, orientado a asegurar las libertades que la República le negaba, sino un partido de la Iglesia —su expresión política— orientado a afirmar su supremacía sobre la sociedad civil y sobre el Estado».
Cuando llegue el momento, ya sea a través del parlamento, la eliminaremos [la democracia]».
[11] La CEDA afirmó en varias ocasiones que estaba defendiendo a España y a la «civilización cristiana» del marxismo, y que la atmósfera política existente en España se había convertido en una cuestión de marxismo contra el antimarxismo.
Cuando Gil-Robles en El Debate promulga el deber de acatamiento muchos monárquicos abandonan el grupo destacando Esteban Bilbao, Antonio Goicoechea y José María Albiñana.
[18] Este grupo fundó a principios de 1933 el partido monárquico alfonsino Renovación Española.
Fueron especialmente sensibles a los desórdenes públicos que acabaron con la quema de iglesias y conventos.
Esa penetración en la sociedad, que la convirtió en un partido de masas, la consiguió utilizando principalmente organizaciones católicas.
A este periodo, algunos historiadores izquierdistas lo denominan «Bienio Negro» significando que fueron «años reaccionarios y marcados por el fascismo».
[26] Desde entonces, la CEDA, y principalmente su líder Gil-Robles, maniobraron para que se decretara la ley marcial y se anularan las garantías constitucionales para así impedir que el Frente Popular tomara posesión del gobierno.
Los dirigentes carlistas fueron obligados a integrarse o al exilio, incluso sufrieron la cárcel.
por parte de multitudes uniformadas al estilo fascista en sus mítines y desfiles.
Se inspiraba en el catolicismo social del papa León XIII y su programa se resumía en el lema: «Religión, Patria, Familia, Orden, Trabajo y Propiedad» (excluyendo a la Monarquía dado el carácter accidental que tenían para la CEDA las formas de gobierno, lo que provocó la salida de la misma de los católicos alfonsinos encabezados por Antonio Goicoechea que fundaron el partido Renovación Española que buscó la alianza con los carlistas de la Comunión Tradicionalista).
Ellos situaban como su modelo al Partido conservador inglés; si bien mostraban en el parlamento español un claro apoyo a los regímenes fascistas de Alemania e Italia.