Manuel Giménez Fernández

Desde los diez años cursó el bachillerato con los jesuitas del Puerto de Santa María (Cádiz) y Villasís (Sevilla).

Llegará a ser miembro destacado de la Liga Católica sevillana.

Tras proclamarse la Segunda República participará en las elecciones de 1933 resultando elegido por la circunscripción de Badajoz, tras lo cual se integrará en la CEDA posicionándose en su ala más liberal y progresista.

[10]​ Agradecido a Queipo, Giménez se comprometió a no contactar con José María Gil Robles, lo que supuso su neutralización política hasta 1943, año en el que el general le liberó de su compromiso.

Sin embargo, a pesar de esta connivencia con el nuevo régimen, pronto derivó hacia posiciones críticas al mismo, militando en fuerzas clandestinas de la democracia cristiana.

Izquierda Demócrata Cristiana, como su nombre indica, estaba emplazada algo más a la izquierda que la Democracia Social Cristiana de su antiguo jefe de filas.

[16]​ Según Hugh Thomas, su costumbre de invocar encíclicas papales para defender sus proyectos enfurecía a muchos.