Tras una larga lucha por afianzar su poder, hacia 1060 su dominio sobre Normandía estaba consolidado y por ello comenzó a planear la conquista de Inglaterra, que inició en 1066.
Durante su infancia y adolescencia los nobles normandos lucharon entre sí tanto para controlar al joven duque como para beneficio propio.
En 1047 Guillermo sofocó una rebelión y comenzó a afianzar su poder sobre el ducado, un proceso que no culminó hasta 1060.
La consolidación del poder le permitió expandir sus horizontes y en 1062 se aseguró la provincia vecina de Maine.
Los vikingos comenzaron a atacar las costas de lo que más tarde sería Normandía en el siglo VIII.
Tanto este como su sucesor en el puesto de tutor y regente, Turchetil, fueron asesinados a los pocos meses.
Expulsadas las tropas del rey francés, los apoyos en la Iglesia que tenía Guillermo también depusieron al arzobispo Mauger.
[35] En 1057 Godofredo Martel y Enrique I volvieron a intentar invadir Normandía, pero fueron derrotados por el duque en la batalla de Varaville.
Su matrimonio con Matilde fue afectuoso y no han trascendido señales de que Guillermo le fuera infiel, algo nada habitual en los monarcas medievales.
[2] El gobierno normando en época de Guillermo fue similar al que había existido con los duques anteriores.
Otras fuentes inglesas posteriores relatan que Haroldo fue nombrado rey por el clero y por los magnates de Inglaterra.
De todas maneras, Enrique IV era todavía menor de edad y Svend II podría estar más interesado en apoyar a Haroldo y hacer con él causa común contra el rey noruego Harald Hardrada, por lo que estas afirmaciones deben ser tomadas con cautela.
Todos estaban preparados ya en agosto, pero los vientos adversos obligaron a posponer la partida para finales de septiembre.
La abadía de Waltham, fundada por Haroldo, dijo tiempo después que el cuerpo del rey fue enterrado allí secretamente.
Muy al contrario, el clero y los magnates británicos nombraron rey a Edgar Atheling, un noble con escasos apoyos.
Cruzaron el río Támesis en Wallingford a principios de diciembre y allí Guillermo recibió la sumisión del arzobispo Stigand.
Poco después, en Berkhamsted, se rindieron ante los invasores Edgar Atheling, Morcar, Edwin y el arzobispo Aldred.
Las operaciones contra la resistencia inglesa finalizaron en abril de 1070, cuando Guillermo volvió a lucir su corona real en Winchester.
[88] Mientras estaba en Winchester en 1070, Guillermo se reunió con tres legados papales —Juan Minutus, Pedro y Ermenfrido de Sion— enviados por el papa Alejandro II.
En 1072 Guillermo invadió Escocia y derrotó a su rey Malcolm III, quien poco antes había atacado el norte de Inglaterra.
Ambos monarcas firmaron la paz con el tratado de Abernethy y probablemente Malcolm tuvo que entregar a su hijo Duncan como rehén.
Los angevinos atacaron en Maine a fines de 1076 y acabaron derrotados en una acción en la que el propio Fulco IV resultó herido.
[108] En 1082 Guillermo ordenó el arresto de su medio hermano Odón por razones nada claras, pues ningún cronista registró información sobre la disputa entre ambos.
El rey Guillermo también dejó donaciones a la Iglesia, dinero que se distribuyó entre los pobres y ordenó la liberación de algunos presos, entre ellos su medio hermano Odón.
Guillermo también exigía a sus nobles contribuir con cuotas fijas de caballeros no solo para las campañas militares, sino también para las guarniciones que controlaban Inglaterra.
Su sello posterior a la conquista de Inglaterra, del que se conservan seis ejemplares, destacaba su nuevo estatus como rey y mencionaba por separado su título ducal.
Guillermo también delegaba en personas de confianza que podían tomar decisiones en su ausencia, especialmente si esta iba a ser muy larga.
La moneda normanda tenía menos plata, era de menor calidad artística y raramente se volvía a acuñar.
Como de abruptos y duraderos fueron los cambios es tema que todavía debaten los historiadores, aunque algunos como Richard Southern están convencidos de que esta conquista fue el cambio más radical sufrido por un territorio europeo entre la caída del Imperio romano y el siglo XX.
En los siglos XVII y XVIII algunos historiadores y legisladores opinaban que Guillermo había impuesto un «yugo normando» a los anglosajones nativos de la isla, un argumento que perduró hasta el siglo XIX dentro del discurso del nacionalismo inglés.