BDSM

Abarca, por tanto, un conjunto de seis modalidades eróticas relacionadas entre sí y vinculadas a lo que se denomina sexualidades alternativas.

A veces, en el habla cotidiana, se utilizan las expresiones «sado» o «sadomasoquismo» para referirse al BDSM.

BDSM es un término creado en 1990[nota 1]​ para abarcar un grupo de prácticas y fantasías generalmente eróticas.

[12]​ Las prácticas eróticas relacionadas con el bondage entonces, son propiamente las que establecen roles de poder asimétricos, como amo-sumiso, patrón-criado, jefe-empleado, maestro-alumno, policía-detenido, dueño-mascota, etc.

«Disciplina» es un término que hace referencia a prácticas eróticas relacionadas con reglas, castigos, adiestramiento, protocolos de comportamiento y posturas, según las circunstancias, etc.

Suelen ser referidas en conjunto como D/s, con mayúscula la D y minúscula la s, para denotar la naturaleza jerárquica de la relación.

Durante una sesión (el tiempo en que se practica ese intercambio de poder) los participantes acuerdan determinadas reglas para garantizar que las prácticas se realicen en un entorno de consenso y libre voluntad (conocido con las siglas SSC o sensato, seguro y consensuado).

Durante este periodo, el movimiento conserva su vinculación con el mundo homosexual masculino, sin abrirse a los espacios de hetero- u homosexualidad femenina y rechazando la idea de admitir entre sus filas a activistas ambivalentes o switch, es decir, aquellos que se confesaban cómodos en ambos roles.

Esto llevó al propio David Stein a distanciarse del abuso que algunas personas hacían de su eslogan.

[25]​ Desde los años noventa surge un nuevo concepto, el Rack, que reúne en torno a su definición un elevado número de activistas.

La ética del BDSM prefija que en todo momento la parte dominante respetará dicha manifestación e interrumpirá la actividad.

Pero también puede adoptar la forma de acuerdo menos elaborado, cuando existe amplia confianza por ambas partes.

Esto es especialmente importante en los casos en donde la parte sumisa se encuentra en un estado cercano al éxtasis, el llamado sub-space, que puede sobrevenir durante una sesión.

Y también un sinfín de instrumentos diseñados en principio con otro propósito, como cepillos para el pelo, zapatillas, etc.

[35]​ Las investigaciones de cierto peso científico realizadas en las dos últimas décadas, conducen a pensar que ambas tendencias coexisten en mayor o menor grado en todo ser humano.

TVE emitió bajo el nombre Sexo secreto un documental sobre esa misma dominación profesional, centrada esta vez en Barcelona.

Cuenta con muchos adeptos entre los grupos homosexuales S/M, aunque se ha extendido como símbolo de identidad para toda la cultura BDSM.

[52]​ Las ceremonias de iniciación suelen darse, casi en exclusiva, entre la subcultura D/s y son prácticamente desconocidas en el resto del BDSM.

En la D/s, la ceremonia iniciática cumple un doble objetivo y se forma en torno a un doble origen: aquellas personas que nunca anteriormente habían sostenido una relación D/s (Rito Iniciático) y aquellas que, teniendo experiencias anteriores, entran en una nueva relación (Rito Inicial).

En el primer caso, pantalones y camisas negras u obscuras, pudiendo ser de seda o cuero, aunque no es lo habitual.

La escena heterosexual es mucho más permisiva y abierta, en cuanto a los códigos de vestuario, mientras que en los ambientes homo-S/M se suele dar una mayor importancia al mismo.

Esta situación se debe en gran medida a la imposibilidad de interactuar con normalidad en público, como sucede en la Europa continental, y más exactamente en España, Alemania, Francia, etc.

Puede parecer que ese estado no se corresponde con el esfuerzo realizado por toda la comunidad, pero es un enorme salto cuantitativo y cualitativo.

Esta asociación, con más de 5000 afiliados, no mantiene ni auspicia ningún pub (y menos una discoteca).

[55]​[56]​ Los locales estrictamente BDSM en Europa y Estados Unidos suelen tender a imponer un riguroso código de vestuario y comportamiento escénico para sus visitantes, mientras que en los locales mixtos (salvo fiestas ocasionales) se mantiene una postura más tolerante al respecto.

La legislación holandesa permite las relaciones entre adultos y menores de 16 años, si estas no son forzadas.

Durante el período de entreguerras se editó en París la colección Orties Blanches, exclusivamente centrada en la temática SM y muy especialmente en la flagelación erótica.

Un espacio que también navegan numerosos otros autores angloestadounidenses, como JW McKenna (Office Slave I y II, Kept Woman, Naughty Girl, The Politician's Wife, Lord of Avalon, Sold, Controlled, The Hunted, Trackers, Slave Planet, Darkest Hour, etc.), Bonnie Hamre, Alice Gaines, y otros, creando a menudo series con personajes de ficción BDSM que se repiten a través de sus novelas.

Más exactamente, del sadomasoquismo profesional –es decir, contra pago- en dicho ámbito local, incidiendo en la ya habitual confusión entre BDSM –el concepto genérico, el todo englobador- y el sadomasoquismo –tan solo una de sus partes y no la más practicada.

Por el contrario, muchas de las palabras que figuran en una buena parte de los breviarios sobre el BDSM, impresos o publicados en internet pertenecen en realidad a un vocabulario más extendido, que podría definirse como vocabulario sexológico (fisting, lluvia dorada, cunnilingus, etc.).

El collar D/s: símbolo de sumisión y entrega en la subcultura BDSM
Desfile BDSM en Colonia ( Alemania ), año 2006.
Bondage o shibari, fiesta BDSM en Madrid, 2006.
Flogger o pequeño látigo de colas, empleado en rituales de flagelación.
Mujer domina a un hombre sumiso
Dominatrix
Bandera con triskel usada por comunidades BDSM. Basada en la bandera del orgullo BDSM.
Collar de sumisión con candado
Collar de sumisión.
En los clubs BDSM se encuentran elementos auxiliares como esta Cruz de San Andrés .