Sadomasoquismo

[1]​ Quienes practican el sadomasoquismo pueden buscar obtener placer sexual a través de estos actos.En todo caso, el masoquismo es igualmente una característica de la naturaleza humana que no se halla en otras especies.Hay quien afirma que las sociedades organizadas serían imposibles sin estos rasgos masoquistas en una mayoría de la población.Una característica que diferencia a sádicos y masoquistas del conjunto de la comunidad BDSM es su propensión más frecuente a intercambiar los roles (switch ‘conmutador’), lo que ya observó Krafft-Ebing en un buen número de sus famosos casos.Freud profundizó en ese concepto, afirmando que el masoquismo masculino no es sino una transformación del sadismo.Se ha documentado que los sádicos patológicos, en entornos psiquiátricos y penitenciarios, son extremadamente proclives a adoptar roles masoquistas e incluso buscarlos activamente.Serían, pues, "sádico-masoquistas" que solo llaman la atención de la sociedad y las autoridades por sus actividades sádicas, pero en quienes las masoquistas están igualmente presentes.La práctica de actos sadomasoquistas consensuados individuales o grupales aparece esporádicamente en la historia desde la Antigüedad.La Tomba della Fustigazione (periodo etrusco, siglo VI a. C.) contiene la pintura de dos hombres azotando a una mujer en un contexto inequívocamente sexual.Sin embargo, el surgimiento del sadomasoquismo como actividad sexual diferenciada se manifiesta con los avances propios de la Edad Moderna mencionados anteriormente.Sade, conocido como el Divino Marqués, se convirtió en un personaje controvertido e inmensamente popular.Sus libros se tradujeron a numerosos idiomas y fueron leídos por millones de personas, hasta la actualidad.No obstante, muchos practicantes contemporáneos del BDSM encuentran estas obras tremendamente incómodas, pues apenas hay consenso en sus relatos.El escritor, Leopold Von Sacher-Masoch, también llevaba una práctica de dominación con su pareja en la vida real, la cual retrató en su libro.Resulta imposible determinar si es un fenómeno genuinamente novedoso, o si este tipo de delincuentes permanecían disimulados por las estructuras sociales, culturales y políticas anteriores o bajo coberturas mitológicas como las leyendas de los vampiros y hombres lobo.Así, términos morales como "perversión", "aberración" y "desviación" pasaron al vocabulario clínico durante más de un siglo.En 1890, el psiquiatra y forense alemán Richard Freiherr von Krafft-Ebing publicó Neue Forschungen auf dem Gebiet der Psychopathia sexualis (Nueva investigación sobre la psicopatía del sexo), el primer tratado clínico completo sobre las alteraciones de la sexualidad.Para Krafft-Ebing, toda manifestación sexual que no condujera a la reproducción era anómala, y el sadomasoquismo caía plenamente en este concepto.Poco después, en 1905, el famoso psicoanalista Sigmund Freud establecería una hipótesis psicoanalítica sobre el sadismo y el masoquismo, en Drei Abhandlungen zur Sexualtheorie (Tres escritos sobre la teoría sexual), donde formula la tesis de que "la excitación sexual se genera como efecto colateral, a raíz de una serie de procesos internos, para lo cual basta que la intensidad rebase ciertos límites cuantitativos".Así, la excitación propia del dolor producido en el cuerpo, en tanto cumple con tal condición, equivaldría a una excitación sexual de este tipo, concebida como un mecanismo fisiológico que tiene lugar en la infancia, y solo ocasionalmente se prolonga más allá de ésta.Su contenido «manifiesto» era idéntico: "ser amordazado, atado, golpeado dolorosamente, azotado, maltratado de cualquier modo, sometido a obediencia incondicional, ensuciado, denigrado".En cuanto a la tercera forma, el masoquismo moral, allí no es tan evidente su vínculo con la sexualidad.“[…] A Jacques Lacan y sus discípulos franceses les corresponde el mérito haber sacado la perversión del dominio de la desviación, para considerarla una verdadera estructura.Sadismo y masoquismo quedaron atrapados durante más de un siglo como "enfermedades mentales" potencialmente peligrosas.[10]​ En Gran Bretaña, desde el siglo XVIII y muy especialmente a partir de la época victoriana, la flagelación erótica también conocida como “disciplina inglesa” se convirtió en un fenómeno social, a partir del cual se generó abundante literatura e iconografía.[cita requerida] En España, antes de la Guerra Civil, el sadomasoquismo también generó algunos ecos literarios, aunque no con la misma intensidad que en otros países europeos.
Demostración de azotamiento en la Folsom Street Fair , 2004.
Mujer haciendo el rol de "esclava", practicando el sadomasoquismo.