Illia llegó a la presidencia de la Nación en elecciones controladas por las Fuerzas Armadas en las que se proscribió al peronismo y al comunismo, y se realizaron mientras estaba detenido el anterior presidente constitucional Arturo Frondizi.
Los estudios secundarios los realizó en Buenos Aires, en el Colegio Salesiano Pío IX, del barrio de Almagro, como pupilo.
En 1928 tuvo una entrevista (la única en toda su vida) con el entonces presidente Hipólito Yrigoyen, a quien le ofreció sus servicios como médico.
Yrigoyen le propuso trabajar como médico ferroviario en distintas localidades y Arturo Illia decidió radicarse en Cruz del Eje, Córdoba.
[32] Si bien el sector más duro del gobierno radical, encabezado por Perette, pretendía limitarse a anular los trece contratos, Illia adoptó la posición del sector moderado, que proponía anular los contratos que habían violado la ley, reconocer las indemnizaciones correspondientes y renegociar los mismos adecuadamente.
Mientras que el decreto 745/63 anuló los acuerdos de YPF con las empresas Southeastern Drilling Co.
Los grandes medios de prensa criticaron los decretos que pusieron fin a los contratos.
La petrolera estatal solo ocupó las áreas entregadas a Cities Service y Pan American Argentina Oil Company.
La Comisión que estaba integrada por 16 diputados, trabajó durante 113 días y tomó declaración a 64 testigos.
[32] Como consecuencia, YPF perdió el autoabastecimiento, y además la producción petrolera en 1965 fue inferior a la del año anterior.
Estos sectores citan en su apoyo una declaración realizada en 1987 por el entonces presidente radical Raúl Alfonsín, criticando el "estatismo" de la UCR y considerando que la anulación de los tratos petroleros hechos por Frondizi había sido un error.
[cita requerida] Partidarios, opositores y observadores imparciales coincidieron en que esta política tuvo un peso decisivo en el proceso político que culminara con el derrocamiento del presidente a manos de un golpe militar.
[47] Estas movilizaciones se hacían al mismo tiempo que el vandorismo promovía conflictos sindicales desde la derecha peronista, que conspiraba con un grupo de militares, contribuyendo así los estudiantes a la formación de ese clima caótico y desestabilizante.
Se dirigía hacia la plaza San Justo en compañía del delegado de la fábrica, Amílcar Torres.
[67] Ante la invasión estadounidense a República Dominicana y el posible envío de tropas argentinas, los estudiantes encabezaron grandes movilizaciones contra Illia, a las que se sumaron la CGT, los partidos de izquierda y el peronismo.
[69] El entonces representante argentino ante las Naciones Unidas (y luego nombrado por Illia embajador ante la Unión Soviética), Lucio García del Solar, fue uno de los principales gestores de la resolución,[70] junto con Bonifacio del Carril, nombrado embajador extraordinario por Illia.
[75] Durante toda su presidencia mantuvo los mismos titulares en el gabinete, excepto por Eugenio Blanco, quien falleció en ejercicio del cargo, y debió ser reemplazado por Juan Carlos Pugliese en agosto de 1964.
Aunque la UCRP mejoró su desempeño con respecto a 1963 y obtuvo un éxito considerable en la competencia por el voto antiperonista en general y radical en particular (con la Unión Cívica Radical Intransigente cayendo en la irrelevancia política), el triunfo del peronismo agitó la situación interna de las fuerzas armadas.
[83] La Sociedad Rural y la Unión Industrial se habían unido en una asociación anti estatal llamada ACIEL (Acción Coordinada de las Instituciones Empresarias Libres).
Diarios como El Mundo y Crónica publicaban caricaturas en las que se veía a Illia representado como una tortuga.
La Confederación General del Trabajo de la República Argentina (CGT) llevó a cabo el «operativo tortuga» que consistió en sembrar el centro de Buenos Aires con aquel animal llevando pintadas en su caparazón las palabras «Illia o gobierno».
Allí murió un oficial chileno, Hernán Merino Correa, dicha laguna estaba siendo disputada por ambos países.
El grupo en cuestión era liderado por Jorge Masseti, periodista obsesionado con la idea de replicar la revolución cubana en Argentina.
Al final fracasaron rotundamente; el Che nunca llegó, no sumaron más gente y prácticamente todos los integrantes terminaron diezmados por las fuerzas de seguridad.
Los azules y colorados eran una división interna de las fuerzas armadas con respecto al peronismo.
En lo económico se hallaban empresas nacionales (prensa, medicamentos, etc.) y multinacionales petroleras afectadas por la anulación de los contratos millonarios.
Ante la fuerte negativa los efectivos policiales ingresaron con pistolas lanzagases, mientras que las tropas rodearon por completo la Casa Rosada.
Eduardo Angeloz en su libro "La Memoria Necesaria" (2014) cuenta cuando Arturo Illia dio su apoyo a Martínez.
Decliné la invitación, porque en mi profesión yo siempre tuve la premisa de no contrabandear política»; cuando le preguntaron por qué cambio de idea, contestó: «Fui pensando que Illia está más allá, es un personaje histórico».
La exvicepresidente de la Nación Argentina Gabriela Michetti es sobrina bisnieta suya por vía materna.