Sus integrantes se identificaron con la intransigencia política que caracterizó tanto el accionar de Leandro Alem como de Hipólito Yrigoyen, y se llamaron a sí mismos intransigentes.
Entre los radicales que integraron y fundaron el MIR hay que mencionar a: Arturo Frondizi, Ricardo Balbín, Crisólogo Larralde, Moisés Lebensohn, Oscar Alende, Juan Gauna, Raúl Rabanaque Caballero, Arturo Illia, Silvano Santander, Francisco Rabanal.
Luego adherirían también Ricardo Rojas, Adolfo Güemes, Elpidio González, Ernesto Giuffra, Miguel Mario Campero, Federico Monjardín, entre otros.
En una breve síntesis la Declaración de Avellaneda sostiene: Las políticas que los intransigentes del MIR estaban insertando en la vida política argentina tenía fuertes puntos de contacto con las medidas económicas y sociales que ya entonces había comenzado a implementar el peronismo y los sindicatos, pero se diferenciaban en lo político por el fuerte acento puesto en la profundización de la democracia.
Los unionistas optaron por una estrategia de confrontación dura con el peronismo, negándole toda legitimidad para actuar, y asimilándolo al fascismo-nazismo.
A tal fin contribuyeron a formar una gran alianza antiperonista, que se denominó la Unión Democrática, en la que participaban los partidos conservadores, comunista, socialista, las grandes organizaciones empresariales, e incluso la embajada de los Estados Unidos.
Por el contrario, los intransigentes, en minoría entonces en la UCR, proponían apoyar al peronismo en el impulso de las medidas socialmente progresistas y económicamente nacionalistas e industrialistas que estaba llevando adelante, y concentrar la crítica en los aspectos no democráticos del peronismo.
Durante el curso del gobierno peronista los intransigentes fueron imponiendo su presencia y el retorno de la UCR al ideario yrigoyenista.
Frente a esa decisión, Balbín, en minoría, se retiró del MIR.