Juventud Radical Revolucionaria

Desarrolló una estructura de militantes gremiales en Vialidad Nacional y Bancarios.

Sus militantes enfrentaron políticamente la dictadura instaurada en 1966, reivindicaban el Cordobazo como una gesta del pueblo; respetaba y estableció contacto con dirigentes gremiales independientes como Agustín Tosco; admiraba y sostenía como ejemplo la figura de Máximo Mena, un joven dirigente sindical del SMATA afiliado a la UCR y asesinado el 29 de mayo de 1969.

Sostenía los principios de Leandro N. Alem, Hipólito Yrigoyen, Moisés Lebensohn y Crisólogo Larralde.

Estos primeros grupos si bien políticamente podían ubicarse a la izquierda del espectro ideológico no lo hacían todos en una misma formación política ya que muchos de ellos eran socialistas, anarquistas y radicales.

El rosarino Héctor Gogo Arteaga, afiliado a la UCR, asumió la conducción de Franja Morada.

La experiencia del CNBA fue rápidamente replicada en varios colegios como el Mariano Acosta, donde Juan José Pi de la Serra conformará la agrupación ARES - Franja Morada; el Carlos Pellegrini, el Juan de Pueyrredón, el "Lenguitas" y el Hipólito Vieytes entre muchos otros.

Paralelamente a este desarrollo estudiantil en 1974 al llevarse a cabo el Plenario Constitutivo de la Juventud Radical en la Capital Federal, los distintos delegado a ese cuerpo partidario que representaban a la Juventud Radical Revolucionaria y que habían sido elegidos por voluntad de los afiliados de los barrios, se formalizó un acuerdo programático con Intransigencia Radical y el llamado Movimiento Independiente de la Capital Federal, para derrotar de esta manera al "Unionismo Porteño" que tenía como referente a Julián Sancerni Giménez.

A los pocos meses renunció la presidenta de ese cuerpo partidario, la señorita Haydée del Castillo y será Rafael Pascual quien asuma la presidencia del mismo, en representación de la Juventud Radical Revolucionaria.

De esta manera muchos de sus militantes se vincularon con pensadores de actualidad, como José Aricó o Jorge Tula, que eran parte del grupo "Pasado y Presente", ese contacto permitió acercarlos ―según los militantes consultados― a un universo que abarcaba desde José Carlos Mariátegui hasta Antonio Gramsci, que los llevó a bucear en las disputa entablada en el seno de la Segunda Internacional por la "cuestión nacional" y descubrir el particular y decisivo aporte intelectual e ideológico del pensador austriaco Otto Bauer sobre este tema; llegaron también al psicoanálisis freudiano y el pensamiento de por entonces casi desconocido psicoanalista francés Jacques Lacan y al introductor de su obra en nuestro país Oscar Masotta, por lo que tangencialmente se acercarse al estructuralismo, la lingüística y la literatura.

Inmersos en un debate político que los enfrentó a las agrupaciones políticas que reivindicaban "lo político-militar", la JRR sostenía siguiendo el análisis realizado por Georg Wilhelm Friedrich Hegel en su Filosofía del Derecho, si el Estado es el punto más alto, la “institución superior de la historia humana civilizada”.

Esta visión era compartida por organizaciones de un amplio arco político, gremiales, sociales y culturales.

Así pues parte del frente barrial, la casi la mitad del Universitario y el Secundario, tomando como eje la caracterización de "policlasista", que realizara "Manuel Arturo Claps" sobre la UCR en su clásico libro "Yrigoyen", Rafael Pascual propone incorporarse formalmente a la "Línea Nacional", ya que sostenía que ese sector era un fiel reflejo del carácter policlasita de la "Línea Nacional".

Las reuniones se llevaban a cabo en la sede del Comité Capital de la Juventud Radical, presidido por Rafael Pascual.

Afiche de la JRR convocando a un acto homenaje por el dirigente sindical radical Máximo Mena .