[5] Una producción tan elevada fue posible gracias no solo a las facultades imaginativas y técnicas del maestro, sino también por un amplio taller con colaboradores, donde al parecer trabajaban en cadena.[6] Fueron discípulos o ayudantes suyos: Jacob Jordaens, Gaspar de Crayer, Theodor van Thulden, Erasmus Quellinus el Joven, Cornelis de Vos y Anton van Dyck, cuyo trabajo fue completar varios encargos para la Corte española en Madrid.[7] Se conocen hasta hoy casi nueve mil dibujos de mano suya.[1] Poseía una amplia formación humanista y tuvo siempre un profundo interés por la Antigüedad clásica."Estoy convencido de que para lograr la mayor perfección en la pintura es necesario comprender a los antiguos", afirmaba.[8] Dominaba diversas lenguas, incluido el latín, y llegó a ejercer como diplomático entre distintas cortes europeas.En el siglo XVI Amberes era un gran centro de negocios, gracias a su importante puerto.La pintura siguió las nuevas tendencias del Renacimiento gracias a las aportaciones procedentes de Italia, que se extendieron por todos los Países Bajos.En agosto la situación degeneró en disturbios en los que los calvinistas destruyeron iglesias, profanaron imágenes (Beeldenstorm) e incendiaron pueblos.Tal victoria tuvo su mayor intérprete en Rubens, que fue un ferviente creyente católico.Fue allí donde, tras ser perdonado por su esposa, tuvieron a su sexto hijo: Peter Paul.[15] Hacia 1592 comenzó sus estudios de pintura con Tobias Verhaecht, un pintor paisajista tradicional.[17] Sin embargo, no parece que dejaran una influencia artística relevante en su alumno.Se encuentra en una colección particular de Nueva York; en su dorso lleva la inscripción "Petrus Paulus Rubens", y en la parte delantera está la fecha: "MDLXXXXVII" y la edad del modelo: "Aetatis XXVI".Su destino era Madrid, por lo que se dirigió en barco a Alicante, en cuyo puerto desembarcó el 22 de abril.Durante este periodo recibió el que sería su más importante encargo hasta entonces, el altar mayor de la iglesia más elegante de las construidas en la ciudad en esa época, Santa Maria in Vallicella, llamada también la Chiesa Nuova (Iglesia Nueva).Tiene un montaje que permite que la auténtica sagrada imagen milagrosa de Santa Maria in Vallicella sea mostrada a los fieles en días señalados gracias a una cubierta de cobre desmontable pintada por el propio Rubens.Él además siguió escribiendo muchas de sus cartas en italiano, firmó ya siempre como "Pietro Pauolo Rubens", y comentó en más de una ocasión sus ansias por regresar a aquel país, una esperanza que nunca llegaría a materializar.Durante este periodo estableció un taller en el que trabajaron numerosos ayudantes y aprendices.Por otra parte, se daba el hecho de que estaban proliferando reproducciones no autorizadas de sus pinturas, en particular en las Provincias Unidas, que no le reportaban ningún rendimiento económico y cuya calidad no siempre era precisamente la mejor, por lo que tomó la decisión de editar grabados bajo su control directo.Tuvo incluso a su servicio al que está considerado como uno de los mejores grabadores flamencos de su época, Lucas Vorsterman I, que entró en el obrador hacia 1617 o 1618 y se convirtió en su grabador principal durante varios años, pero era tanta la presión a la que lo sometía que acabó provocándole una crisis nerviosa, ante lo cual Vorsterman abandonó el taller y se fue con su familia a vivir a Londres en 1624.[38] Sin embargo, Rubens consiguió contratar para sustituirlo a otro excelente grabador, Paulus Pontius, con el que tuvo una larga y fructífera colaboración.Rubens también diseñó las últimas xilografías relevantes que se realizaron antes del resurgir de esta técnica en el siglo XIX.Isabel Clara Eugenia añadió a la distinción el nombramiento como gentilhombre de cámara.Fue precisamente él quien persuadió al sevillano de la conveniencia de viajar a Italia para completar su formación, y de hecho acordaron desplazarse allí los dos juntos al año siguiente, aunque finalmente Rubens regresó a Amberes y Velázquez tuvo que hacer el viaje sin él.Este cuadro ilustra el firme compromiso con la paz del artista, y fue entregado a Carlos I como presente.Tuvo con ella cinco hijos, Clara Johanna (1632), Frans (1633), Isabella Hélène (1635), Peter Paul (1637) y Constancia Albertina, esta última póstuma, puesto que nació en 1641, ocho meses después de fallecer el pintor.[1] En 1635 adquirió un castillo situado en un entorno rural, Het Steen (La Roca en neerlandés), en la localidad de Elewijt.[50] Las pinturas del taller de Rubens se han clasificado en tres categorías: las pintadas por el mismo Rubens, aquellas en las que sólo algunas partes —principalmente, manos y rostros— se deben al maestro y, por último, aquellas para las que realizó el diseño, pero cuya ejecución simplemente supervisó.[56] La obra La Crucifixión, realizada para la basílica de la Santa Cruz en Jerusalén, de Roma, y llevada al Reino Unido en 1811, fue adquirida allí por el conde ruso Voronzov, que la envió a San Petersburgo, pero se perdió durante su traslado por vía marítima.