El compás (del latín on- y passus, "paso", o del latín compassare, "mantener el paso")[1][2] es un instrumento que sirve para trazar círculos o arcos de circunferencia.
Históricamente, se ha usado en numerosas aplicaciones, aunque en algunas de ellas (como las matemáticas, el dibujo técnico o la navegación) ha sido sustituido por modernos sistemas electrónicos que permiten reemplazarlo con ventaja en la pantalla de un ordenador.
Sin embargo, todavía se sigue utilizando en la educación como elemento didáctico en prácticas y de aprendizaje, y continúa siendo una herramienta corriente en diversas actividades artísticas o artesanales, como la escultura, la cantería o la carpintería.
El compás como herramienta y como instrumento de dibujo tuvo su origen en la antigua Grecia,[3] en cuya literatura clásica se encuentran numerosas alusiones a este utensilio como elemento clave de demostraciones geométricas y matemáticas.
No sería hasta 1245 en Europa cuando se introdujo una mejora relevante al compás, añadiéndole un cuadrante y un tornillo con una mariposa que permitía ajustar con mayor precisión la herramienta.
[13] De hecho, los primeros compases de dibujo modernos, con un aspecto netamente diferente al del clásico diseño romano, gracias sobre todo a la adición en su parte superior del vástago estriado que permite manejar cómodamente el instrumento con dos dedos, se originó a finales del siglo XIX en Alemania.
Ya en el último cuarto del siglo XX, el desarrollo del diseño asistido por ordenador, y la posibilidad de imprimir planos directamente a partir de diseños generados informáticamente, ha causado la práctica desaparición del compás como herramienta profesional de dibujo, aunque sigue desempeñando un papel no desdeñable en diversas tareas artesanales, y como elemento didáctico y educativo.
En función del uso para el que se destinan, suelen tener configuraciones distintas.
[14] Cuando el ancho del compás se regula mediante un tornillo sinfín (lo que confiere al compás una forma característica que recuerda a una letra "A"), se denomina bigotera.
[16] La apertura del instrumento se mantiene gracias al rozamiento en la zona de contacto entre las dos patas, que se puede regular con un tornillo de apriete o una presilla, que permite bloquear la posición relativa entre las patas.
Para impedir cambios accidentales en la apertura y mejorar la rigidez del instrumento, existen modelos equipados con una guía transversal curvada fijada en uno de los brazos, que se inserta en un tornillo fijado en el otro, y que al apretarse permite asegurar la apertura del compás.
Además, la tuerca circular con el tornillo que controla la apertura suele ser lateral.
Además, su diseño proporciona una gran rigidez al instrumento, lo que mejora la exactitud del dibujo.
Este mango, ideado para facilitar el manejo del instrumento, en algunos modelos podía girarse con respecto al compás.
[17] En las bigoteras de diseño más moderno, las patas son rígidas, están apoyadas en una pequeña rótula cilíndrica, y se sujetan mediante un anillo metálico con forma de "C", en el que se inserta el mango estriado que permite manejar el instrumento.
Se ajusta con un tornillo y una palomilla que permiten disponerlo en una posición determinada.
Compás de brazos desiguales y curvos del cual se sirven los escultores para tomar dimensiones y cuyas puntas se pueden mover independientemente de modo que permitan medir con exactitud por debajo o por encima una medida dada.