La navegación es el conjunto de métodos utilizados para determinar dónde está alguien y cómo puede ir a otro lugar.
Dado que esto no requiere mucha técnica cuando los puntos de referencia son visibles, la palabra se suele limitar al ámbito de los barcos y las aeronaves, es decir, la navegación marítima y la navegación aérea.
En el período medieval europeo, la navegación se consideraba parte del conjunto de las siete artes mecánicas, ninguna de las cuales se utilizaba para viajes largos a través del océano abierto.
La navegación marítima utilizando instrumentos científicos como el astrolabio del marinero ocurrió por primera vez en el Mediterráneo durante la Edad Media.
La navegación en mar abierto usando el astrolabio y la brújula comenzó durante la Era de los Descubrimientos en el siglo XV.
Los portugueses comenzaron a explorar sistemáticamente la costa Atlántica de África desde 1418, bajo el patrocinio del Príncipe Enrique.
En 1498, una expedición portuguesa comandada por Vasco da Gama llegó a la India navegando alrededor de África, abriendo el comercio directo con Asia.
Se perdieron algunos barcos, pero la flota restante continuó a través del Pacífico haciendo una serie de descubrimientos, incluidos Guam y Filipinas.
La ruta hacia el este a través del Pacífico, también conocida como tornaviaje (viaje de regreso), solo se descubrió cuarenta años después, cuando el cosmógrafo español Andrés de Urdaneta navegó desde Filipinas, al norte hasta el paralelo 39°, y golpeó la Corriente de Kuroshio hacia el este que llevó su galeón a través del Pacífico.
Otra gente de la antigüedad también aprendió a viajar grandes distancias usando referentes del mundo natural.
La tercera etapa consiste en la ejecución del plan de travesía finalizado, teniendo en cuenta cualquier circunstancia especial que pueda surgir, como cambios en la meteorología, que puedan obligar a revisar o modificar el plan.
La navegación bajo el agua requiere habilidades y tecnologías especiales que no necesitan los buques de superficie.
Los submarinos militares viajan bajo el agua en un entorno de oscuridad total, sin ventanas ni luces.
Salir a la superficie para obtener fijaciones de navegación se ve impedido por la omnipresente guerra antisubmarina.
Estos sistemas utilizan una constelación de satélites en órbita para proporcionar información precisa sobre la ubicación, la velocidad y el tiempo en cualquier parte del mundo.
Los sistemas de IA pueden prever patrones climáticos, evaluar el tráfico marítimo y ajustar las rutas para evitar obstáculos.
La tecnología LiDAR y los escáneres láser 3D también están siendo implementados para mapear el entorno marítimo con gran detalle.