La cantería es el oficio y arte de labrar la piedra para su empleo en construcciones.
En la península ibérica, la cantería se atestigua por primera vez en el monumento funerario del sepulcro de Pozo Moro, hacia finales del siglo VI a. C. Antes, en la península ibérica no se sabía tallar la piedra.
En Pozo Moro, por primera vez, se observa que se ha aprendido a trabajar la piedra con sabiduría, haciendo uso de instrumentos como picos, azuelas, punteros y escoplos, berbiquí de arco y piedras de alisar.
Los antiguos artesanos marcaban sus trabajos con unos signos llamados «marcas de cantero», reconocibles entre ellos, los cuales también aparecían grabados en sus herramientas de labor.
Eran marcas muy simples, compuestas de rayas, puntos, cruces, o con la letra inicial del nombre.