[2] Los artistas del Renacimiento (incluyendo a Leonardo da Vinci, Alberto Durero, Nicolas Bion y George Adams) generalmente fabricaban sus propias herramientas de dibujo.
[2] Hasta bien entrado el siglo XX, los tiralíneas fueron el instrumento comúnmente utilizado para la delineación de planos técnicos.
El equipamiento cambió radicalmente durante los años 1990, cuando el diseño asistido por ordenador desbancó casi por completo al dibujo técnico a mano.
Los planos ya no son "dibujados", sino que se diseñan mediante un modelo gráfico virtual, y no son necesariamente reproducidos en papel, siendo impresos automáticamente por un programa de ordenador en caso necesario.
Solamente el dibujo a mano alzada es todavía ampliamente utilizado en las etapas preliminares de algunos diseños.
Los lápices utilizados normalmente son portaminas, con grosores y tipos de mina normalizados.
El papel o las superficies plásticas requieren sus propios tipos de mina especiales.
Para funcionar correctamente requieren un mantenimiento regular, en especial las plumas de los grosores más finos, cuyos filamentos metálicos son tan extraordinariamente delgados que se pueden romper con relativa facilidad si la tinta llega a secarse en el interior del puntero.
El tablero de dibujo es una herramienta esencial, puesto que es necesario para sujetar y mantener alineado el papel sobre una superficie completamente plana de modo que se pueda realizar el dibujo con la exactitud requerida.
Generalmente, para dibujar y tomar medidas se utilizan diferentes tipos de reglas auxiliares, montadas con bastidores deslizantes o articulados sobre el tablero de dibujo, que normalmente va a su vez instalado sobre un pedestal orientable y regulable en altura.
Después de secarse, el papel quedaba perfectamente plano y liso, recortándose el dibujo una vez completado.
[6] Hay dos tipos principales de aparatos: con el brazo basculando sobre un paralelogramo articulado; o deslizando y pivotando sobre un rail vertical.
Las reglas del cabezal se pueden reemplazar, como en el caso de necesitarse utilizar distintas escalas gráficas.
Un escalímetro es una regla prismática triangular, que incluye seis escalas graduadas simultáneamente (dos en cada arista).
El tipo más habitual tiene dos "patas" rectas (también denominadas "brazos") unidas por una articulación; una de las patas termina en una punta aguda, y la otra sujeta una pluma técnica, un lápiz o cualquier otro elemento capaz de marcar el papel.
Entre los fabricantes más conocidos de compases se encontraban la compañía suiza Kern & Co, y las alemanas E.
Era un instrumento difícil de utilizar, pues requería aplicar un golpe con la fuerza justa a la pata libre para que diese al menos una vuelta completa sin que se derramase la tinta del tiralíneas por efecto del giro.
Se utilizan para dibujar curvas que no pueden trazarse con un compás.
[9] Otro método que permite dibujar curvas suaves son las flexicurvas (curvas flexibles, formadas por una varilla de plomo recubierta de goma, fácilmente moldeable), con las que es más sencillo seguir la curva deseada, aunque si el instrumento no está en perfectas condiciones, puede conservar deformaciones remanentes, que distorsionen la suavidad del perfil buscado.
Las plantillas de letras se emplean para rotular textos, incluyendo dígitos y caracteres ortográficos.
[10] El procedimiento estaba basado en un pequeño mecanismo pantógrafico (coloquialmente llamado en español el "cangrejo"), con el que se reproducían sobre el papel las letras grabadas en bajorrelieve en una regleta (en vez de perforadas, como en el otro tipo de plantillas) al recorrerlas con el puntero del pantógrafo.
Mientras solamente fue posible realizar copias por contacto de los originales (es decir, del mismo tamaño), esta característica fue primordial.
Adecuado para trabajar con lápiz y rotuladores, pero no con las plumas técnicas, por su tendencia a arrugarse con las tintas al agua.
Antiguamente se utilizaban lienzos de lino para realizar dibujos técnicos.
Habitualmente, para los originales se utilizaba un papel translúcido de varias tramas (denominado "papel vegetal"), que al estar ligeramente satinado, permitía corregir pequeños errores raspando la tinta con una cuchilla.
Las ventajas concretas del plástico sobre el papel translúcido son su mayor resistencia mecánica y su alta estabilidad dimensional (al contrario que el papel, el plástico es inmune a los efectos de la humedad del aire).
La tinta normal se adhiere pero no es absorbida por el plástico, por lo que las líneas pueden ser borradas fácilmente con una goma.
Las reproducciones deben ser exactas en cuanto a medida y forma, pero para muchos propósitos no necesitan ser permanentes.
Este tipo de máquinas copiadoras ya no necesitan que el original sea translúcido.