Los muelles de Amberes están conectados con el interior por ferrocarril, vías fluviales y carretera.
Con este apoyo, el gobierno belga fue capaz de rescatar el peaje holandés en 1863.
Amberes experimentó una segunda edad de oro y en 1908 se habían construido ocho muelles.
El puerto y sus instalaciones recibieron pocos daños, por lo que no se necesitó una importante reconstrucción.
A pesar de los ataques aéreos del enemigo, misiles y bombas voladoras, el funcionamiento del puerto nunca se detuvo por completo, aunque se interrumpió ocasionalmente.
Tras la rendición de Japón, se envió carga a los Estados Unidos.
[4] Cuando volvió la paz comenzó el trabajo en el Grote Doorsteek, un ambicioso plan que finalmente resultó en la extensión de la zona portuaria en la orilla derecha del Escalda hasta la frontera neerlandesa.
Desde 1989, los proyectos se han centrado en la creación de nuevos amarres, tanto en la orilla derecha (Terminales Europa y del Mar del Norte) como la izquierda (muelle de Deurganck).
Las zonas más antiguas del puerto, como el muelle de Bonaparte, se están modernizando porque las necesidades imponen hacerlas más apropiadas para las operaciones modernas del transporte de carga.
En aquel momento, se esperaba poder llegar a un acuerdo con los holandeses para la construcción del canal Baalhoek, que hubiera discurrido desde Kallo en Bélgica hasta el Escalda Occidental pasando por Saefthinge en Holanda.
El equipamiento del muelle Verrebroek comenzó en 1996 y vio la llegada de su primer barco marítimo en 2000.
Desde aquí los barcos tendrán fácil acceso a todos los otros muelles de la orilla izquierda: el Doel, el Verrebroek, el Vrasene y los muelles de amaree norte y sur.