La Adoración de los Reyes Magos (Rubens, Prado)

En 1621 Calderón cayó en desgracia y fue ejecutado por degollación en la Plaza Mayor de Madrid.

Se le alojó en el Real Alcázar madrileño, y tuvo así oportunidad de reencontrarse con su obra.

Rubens rehízo la obra: la repintó por completo, modificando numerosos detalles y ajustándola al estilo que desarrollaba en aquella época, muy influido por Tiziano, y además amplió sus dimensiones en alrededor de un metro más, tanto en altura como en anchura, añadiéndole una tira en la parte superior y otra en la derecha, donde se autorretrató a lomos de un caballo.

[4]​ En el último tercio del siglo XIX fue grabada al aguafuerte por Louis Lenain; se trata de una estampa inusualmente grande para la época, pues solo la imagen mide 53 × 76 cm.

[5]​ En 2004, el cuadro fue sometido a una restauración completa, que le devolvió buena parte de su belleza.

Se representó montado a caballo, con espada y cadena de oro, reflejando con ello la condición nobiliaria que le había concedido en 1624 Felipe IV.

Fue además la única vez que incluyó un autorretrato suyo inequívoco en una pintura narrativa.